Tengo claro que el diseño de la abdicación real se aceleró por la necesidad de Rubalcaba, fruto del desastre electoral, de dejar paso a un nuevo secretario general del PSOE. La previsión era que Rubalcaba estuviera los primeros días de Felipe VI y le heredara Susana Díaz para seguir asegurando un PSOE no monárquico pero si comprometido con el pacto de la transición. Cuando distintas federaciones socialistas reclamaron el referéndum enfrentándose a Rubalcaba, se rompió el diseño y Susana tuvo que salir al paso lanzando el mensaje de que la nueva secretaria general seguiría los compromisos del PSOE de siempre; eso hizo que los que querían optar a discutirle a Susana el liderazgo, ya fuera en el partido o presentándose a las primarias, se vieran lanzados a hacen profesión de fe explicita republicana y en eso están ahora, se ha quemado Susana al aceptar la continuidad y se han comprometido ellos con el republicanismo. Susana, lo de Andalucía no cuela, cuela más el peligro de quemarse en el PSOE que saldrá del Congreso extraordinario.