«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Arimatea y Nicodemo se la jugaron

El Evangelio del domingo de Ramos,la pasión según San Mateo,es un texto fascinante. La objetividad,rigor y concisión con la que Mateo,recaudador de impuestos,narra el hecho más trascendental en la historia del hombre en el mundo resultan apabullantes.

Hoy Mateo se queda a las puertas de la Resurrección.Ha descrito los sucesos en la vida de Jesús de Nazaret entre el miércoles y el sábado.La cena Pascual es el centro de un relato que con dos trazos desnuda el alma de los personajes que intervienen.

Nicodemo y José de Arimatea se constituyen en protagonistas una vez muerto Jesús.Ambos se encargan de desclavar el cuerpo,embalsamarlo y enterrarlo en la sepultura. Jose de Arimatea parece que era tío abuelo de Jesús,hermano de Joaquín el padre de la Virgen.. Un hombre rico,un empresario exitoso que se atreve a aparecer como amigo de quien acababa de ser crucificado.Jose de Arimatea se la juega,se juega su status,su prestigio,sus negocios e intereses empresariales. Da la cara y les dice,”yo era amigo suyo y lo voy a enterrar en mi sepulcro”.Pilatos accedió.

Nicodemo había ido al encuentro de Jesús de noche para no ser visto. Tenía buena fe pero parece que era un tipo de centro…Al final se enaltece y con Arimatea también se destapa.

Los imagino yendo juntos a ver a Pilatos,asustados pero con la claridad de quien sabe que hace lo que debe hacer.Aceptando las consecuencias del acto que van a realizar y que los va a marcar definitivamente en la sociedad en la que viven.Parece que ambos fueron encerrados los días siguientes a la Resurrección acusados de haber robado el cuerpo de Jesucristo.

Algunos finalizan la vida de José de Arimatea en Glastonbury al sur de Bristol en Inglaterra. Allí habría comenzado el Cristianismo y erigido la primera Iglesia en honor de la Virgen.

Los personajes del Evangelio de Mateo son proyecta les a cualquier personaje de la actualidad. El ejercicio intelectual de su transposición a nuestros días es más que estimulante.

El pueblo,como populacho o turba. El Sanedrín,los obispos,los gobernantes,los compañeros y amigos,los desconocidos que un día aparecen en tu camino. Todos están en ese maravilloso texto que no deja de deslumbrarme.

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