Vacunas que provocan efectos secundarios como el autismo o aditivos y alimentos que pueden producir cáncer son algunos de los bulos sobre salud que más circulan por las redes sociales, noticias falsas que pueden llegar a provocar graves problemas de salud pública.
Así se ha puesto de manifiesto en Valencia durante el vigésimo quinto Congreso de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), una de la decena de entidades adherida a la iniciativa #SaludsinBulos para combatir los bulos de salud en internet.
El coordinador de esta iniciativa, Carlos Mateos, ha asegurado que las noticias falsas sobre vacunas está provocando una reducción de la eficacia de las campaña de vacunación, ya que disminuyen su aplicación en la población más vulnerable.
Según Mateos, el escepticismo sobre la seguridad y eficacia de las vacunas en redes sociales puede ser la razón de que se hayan reducido las tasas de vacunación en algunos países europeos, incrementando por tanto la mortalidad.
«Son niños que pueden estar expuestos a virus, algunos letales, y además están exponiendo a toda la comunidad» a una epidemia, según ha indicado Mateos, quien ha añadido que en países como México son las personas con más estudios universitarios y con más acceso a redes sociales «los que menos vacunan a sus hijos».
Los movimientos antivacunas exponen motivos como la presencia de aluminio en ellas o conspiraciones de la industria farmacéutica, y «mandan muchos mensajes negativos» sobre la relación entre vacunas y autismo.
A su juicio, esta corriente puede darse porque la confianza con el médico «se ha perdido en parte y la gente se fía más de lo que encuentra en internet», aunque ha advertido de que las primeras posiciones en buscadores «no quiere decir que contengan información veraz».
Considera que esta pérdida de confianza se ha dado porque ha cambiado el modelo paternalista de médico que aconseja al paciente y éste último «tiene un poder increíble», tanto que en algunas web donde se puede opinar sobre un facultativo «se puede destruir su reputación».
La iniciativa #SaludsinBulos se puso en marcha después de que un presentador de televisión y radio dijera que existía un estudio en el que se aseguraba que las vacunas producen autismo, «una barbaridad» que tardó hasta una semana en ser contestada por la Organización Médica Colegial (OMC), ha indicado Mateos.
A su juicio, es necesario aglutinar a blogueros sanitarios y sociedades científicas para que «cada vez que una persona irresponsable haga esto, todos pudiéramos actuar».
Mateos ha recordado que en Italia han impulsado una campaña en la que, en lápidas mortuorias de niños, aparece este epitafio: «Mis padres no me vacunaron porque tenían miedo al autismo», una iniciativa que considera «conciencia a la población y frena las cadenas de wasap con mensajes contrarios a la vacunación».
El sector de la alimentación es donde más bulos existen, especialmente relacionados con alimentos o aditivos que pueden provocar enfermedades como el cáncer o alimentos milagrosos para combatir la enfermedad sin tener en cuenta una dieta equilibrada.
También circulan noticias falsas como que el aire acondicionado del coche puede producir cáncer o que también puede hacerlo calentar en el microondas la comida dentro de un táper. «Este último es uno de los que más ha triunfado y en muchos sitios se han agotado los táperes de cristal».
Ante estas falsas noticias hay iniciativas como #prescribelinks, que pretende que los profesionales sanitarios pueden recomendar páginas web fiables.
«Tiene que ser algo en permanente evolución y tiene que participar toda la comunidad, porque no se podrá atajar si es solo una sociedad científica», ha indicado Mateo, quien ha añadido que también están estudiando crear una red de alerta en los hospitales.
Considera que es muy difícil actuar legalmente contra la información que aparece en las redes, y la única forma de poder solucionar esta corriente es identificando los bulos y formando a la población.