Mons. Burke se muestra convencido de que la religión mahometana tiene impresa en sí una dimensión política de la que nunca se ha despojado del todo; una dimensión que se concreta en una afán por dominar el mundo.
La editorial Homo Legens ha publicado recientemente Esperanza para el mundo, un libro entrevista en el que el cardenal Raymond Leo Burke reflexiona, en conversación con Guillaume de Alançon, sobre los grandes desafíos que se ciernen sobre el hombre contemporáneo y la Iglesia. En este título, el purpurado – siempre felizmente inactual en sus afirmaciones – se pronuncia sobre la ideología de género, la familia, el estado de la Iglesia… Y también sobre el islam.
Respecto a esta religión, que representa hogaño uno de los más graves peligros exógenos para la civilización occidental, el cardenal Burke exhibe una contundencia poco común entre las jerarquías eclesiásticas: ‘Es necesario que la Iglesia y sus miembros comprendan correctamente lo que es el islam y lo que el Corán enseña. El islam no es sólo otra práctica religiosa que puede coexistir en armonía con otras religiones’.
En este sentido, el prelado se muestra convencido de que la religión mahometana tiene impresa en sí una dimensión política de la que nunca se ha despojado del todo; una dimensión que se concreta en una afán por dominar el mundo: ‘El islam es una religión que, según su propia interpretación, debe ser también estado. El Corán, y la auténtica interpretación que hacen de él varios expertos en ley coránica, está destinado a gobernar el mundo. En realidad, no hay lugar para otras religiones, aunque estén incluso toleradas, mientras el islam no haya conseguido establecer su soberanía sobre las naciones y el mundo’.
Asimismo, Mons. Burke ha abundado en la necesidad de que los cristianos comprendan, en profundidad, la esencia del islam. ‘Es importante que los cristianos se den cuenta de las diferencias radicales entre el islam y el cristianismo en cuestiones que atañen a la enseñanza sobre Dios, la conciencia, etc. Si realmente se comprende lo que es el islam, es comprensible que la Iglesia tenga miedo de él’.
En sintonía con otros obispos
Pese a que pueda parecer lo contrario, las declaraciones de Burke sobre el islam – recogidas en el excepcional Esperanza para el mundo – concuerdan con las de otros prelados. Así, el obispo de Maiduguri (Nigeria), Mons. Oliver Dashe Doeme, reflexionó hace años sobre el carácter excluyente de la fe coránica en una entrevista concedida a Infovaticana: ‘El islam es una religión que no admite otras religiones, lo dice el Corán. Por otro lado, está lleno de contradicciones, porque hay versículos que son más moderados, pero otros incitan a acabar con todo aquellos que no pertenezcan al Islam. El Corán está impregnado de violencia y desde ahí se puede entender el ataque a otras religiones’.
Una aseveración que comparte el retirado obispo de Ferrara, Mons. Luigi Negri, quien aludió, el pasado mes de enero, al desprecio de la religión islámica por el infiel: ‘Más que una fe, el islam es una ley resumida en el término Sharia (…) El islam no toma a la persona en consideración. El musulmán sólo tiene valor en él por el contexto social y político en el que vive’.
Al lugar común del islam como ‘religión de paz’ sólo cabe replicar de un modo: con la verdad por delante.