En esta línea, el retirado arzobispo de Ferrara ha establecido una distinción entre el antiguo modelo de acogida de inmigrantes y el multiculturalismo hodierno
En un contexto en que la Iglesia católica lanza mensajes equívocos sobre la inmigración, el retirado arzobispo de Ferrara Mons. Luigi Negri se ha expresado sobre esta cuestión con sorprendente rotundidad. De esta manera, en una entrevista concedida al periódico italiano Libero, el purpurado ha reflexionado sobre las dañinas consecuencias que la inmigración masiva podría entrañar para la civilización occidental.
En este sentido, el arzobispo de Ferrara ha rebatido el gran dogma sobre el que hogaño se cimientan las políticas de la Unión Europea; dogma que no consiste sino en la aserción de que el Viejo Continente debe ser destino de masivos flujos migratorios: ‘No puedes simplemente abrir la puerta, como si esto fuese una fiesta (…) Debemos subrayar los costes económicos, humanos y culturales de la inmigración’, ha aseverado.
Asimismo, monseñor Negri se ha mostrado convencido de que la acogida masiva de inmigrantes constituiría la extinción de Europa como civilización. ‘Soy católico y, por tanto, creo en la necesidad de acoger la diversidad. Pero esto no puede ser algo desmedido, pues guiaría a la destrucción y el exterminio de nuestra sociedad’, ha señalado el prelado, que se distancia del Papa Francisco en este tema.
En esta línea, el retirado arzobispo de Ferrara ha establecido una distinción entre el antiguo modelo de acogida de inmigrantes y el multiculturalismo hodierno: ‘Ésta no es la forma en que la antigua Europa cristiana acogía elementos de novedad que contribuían aportando su riqueza’.
Así, el purpurado ha señalado cuál es, desde su punto de vista, el deletéreo propósito que subyace tras la promoción de la inmigración masiva: ‘Esto sirve a la economía globalizada, que tiene como uno de sus objetivos fundamentales la creación de una mano de obra inmigrante con salarios bajos, ha sentenciado monseñor Negri, que ha añadido que otro de los objetivos que guía a quienes promueven los flujos migratorios es el establecimiento de una cultura universal; una cultura que torne homogéneo el pensamiento.
La Iglesia y el mundo actual
En su políticamente incorrecta entrevista, el arzobispo de Ferrara también ha reflexionado sobre las relaciones que la Iglesia mantiene hoy con lo terrenal. Una cuestión que también ha llevado al prelado a exhibir una actitud cáustica, nada complaciente: ‘El Papa Francisco está siendo utilizado por la cosmovisión reinante. Hoy existe una connivencia entre cierto cristianismo y la sociedad secular; una connivencia que impide a la Iglesia decir no, que es precisamente lo que se necesita ahora’.
‘Estamos tendiendo a negociar con el secularismo para hacer del catolicismo una suerte de elemento de folclore que no perturbe a la sociedad atea’, ha afirmado con clarividencia monseñor Negri.
Además, el purpurado no ha desperdiciado la oportunidad de referirse a la verdadera esencia del islam, que ya se ha erigido en el gran enemigo de la civilización occidental: ‘Más que una fe, el islam es una ley resumida en el término Sharia (…) El islam no toma a la persona en consideración. El musulmán sólo tiene valor en él por el contexto social y político en el que vive’, ha concluido.
