«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El cardenal Dolan insta a reducir el número de misas en Nueva York

El arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan

Esta decisión del cardenal Dolan, que afecta a la vida espiritual de los creyentes neoyorquinos, no ha sido todo lo transparente que debería


El arzobispo de Nueva York, monseñor Timothy Dolan, ha impelido a los sacerdotes de su archidiócesis a reducir el número de misas oficiadas en sus parroquias. Una demanda que responde, fundamentalmente, al menor número de fieles que acuden a las celebraciones, al reducido número de religiosos disponibles y a los elevados costes que éstas entrañan.
En cualquier caso, esta decisión del cardenal, que afecta directamente a la vida espiritual de los creyentes neoyorquinos, no ha sido todo lo transparente que a priori debería haber sido. De esta manera, no se habría hecho pública si no hubiese sido por el párroco de la iglesia de San Patricio en Yorktown Heights, el padre Joseph Giandurco, quien ha sentido la obligación moral de explicar a los fieles los motivos por los que se oficiará un menor número de misas en Navidad.
Así, en el boletín parroquial del pasado 29 de octubre, el sacerdote se ha referido a la demanda de su superior y a las razones que la han motivado: ‘Muchos católicos en la archidiócesis de Nueva York desconocen que el cardenal Dolan ha pedido a todos los pastores que intenten recortar el número de misas en todas nuestras parroquias debido a varios factores: menos gente que acude a las misas; menos curas disponibles en las parroquias para oficiarlas; y los gastos crecientes que implica celebrar muchas misas’.
La catedral de San Patricio cuenta con una iglesia principal y una capilla de piedra en la que se celebran dos misas cada domingo. No obstante, esta situación cambiará los días de Nochebuena y Nochevieja: sólo se oficiará, en la capilla, la misa vespertina. Una variación que monseñor Giandaurco ha justificado arguyendo que ‘la iglesia principal tiene espacio suficiente para acoger a todos los fieles’.
Asimismo, el párroco de la catedral, atendiendo a los requerimientos del arzobispo, ha abierto la puerta a que a partir de otoño de 2018 las dos misas dominicales en la capilla de piedra se reduzcan sólo a una.

Una decisión indeseada

Como es evidente, la decisión de reducir el número de misas en la parroquia entristece a monseñor Giandurco, quien se ha afanado en encontrar el modo de no reducirlas. ‘Honestamente, no quiero que se recorten las misas (tampoco lo desea el cardenal), pero es algo que está siendo considerado por razones prácticas’.
El párroco, que se ha disculpado con los creyentes, ha concluido su nota con un emotivo y agradecido mensaje: ‘Agradezcamos al Señor gozar de misas que nos permiten reunirnos y glorificar a Dios. Debemos continuar rezando para que nuestra fe se mantenga fuerte, con la ayuda de Dios’.

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