«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

¿Cómo mejorar el cuidado diario de la vista?

La vista es un sentido fundamental del cuerpo humano que no se cuida como debería. Los ojos son un órgano que utilizamos sin descanso y que hay que proteger y mantener de forma diaria, especialmente si se tienen anomalías en la vista y se llevan mecanismos correctores, como lentillas para astigmatismo, para miopía o semejantes.

La gente no suele estar acostumbrada al cuidado de los ojos e, incluso cuando se llevan lentillas de contacto, no todo el mundo realiza el mantenimiento que debería. A continuación enumeramos algunos de los hábitos que puedes tomar para cuidar mejor tu vista.

Tratamientos diarios y periódicos

Cuando es necesario llevar correctores como las lentes de contacto, es fundamental seguir un método higiénico y aséptico cada vez que se procede a su cambio. El líquido de mantenimiento debe servir para lavarlas tanto antes de ponerlas como al retirarlas, pues si las lentillas son para más de un uso será necesario conservarlas intactas.

Es importante no estar más tiempo del recomendado con ellas puestas y no abusar de su uso. Hoy en día, la gama que se oferta en el mercado es muy amplia y las lentillas baratas dan un resultado muy bueno, pero bajo ningún concepto se puede estar con ellas más tiempo del indicado.

Cómo atajar los problemas ocasionados por las pantallas

Más allá de la gente con errores refractivos o dificultades para la vista, hoy en día las pantallas de móviles y ordenadores suponen una nueva amenaza para la salud ocular. La exposición constante a los monitorescansa la vista y seca los ojos, degenerando en graves problemas si no se hace nada para corregirlo.

Un consejo es acordarse de parpadear. Este sencillo gesto renueva la película lagrimal del ojo y ayuda a contrarrestar la sequedad producida por la larga exposición a las pantallas. Lo ideal es dejar de mirar el monitor y dirigir la vista hacia un punto blanco para parpadear. Un hábito que se puede adoptar cada veinte minutos de media.

Cuando la exposición es mucho más larga, es recomendable hacer pausas cada dos horas y dejar de mirar los monitores durante un intervalo más prolongado.

Pequeños gestos diarios de los que no hay conciencia

En el día a día es habitual frotarse los ojos por cualquier pequeña molestia que se encuentra. Esta práctica es nociva, más allá del transporte de bacterias que las manos conllevan, ya que la presión de los dedos debilita la red de colágeno de la córnea y, a largo plazo, puede dar lugar a patologías oculares. A su vez, el frote constante puede dar lugar a la aparición de líneas de expresión en la cara debido al estiramiento al que se somete la zona.

Otra cuestión a la que no se le presta atención es la claridad. En zonas donde el sol ocupa el cielo durante más de la mitad del año, lo mejor es tener siempre a mano unas gafas de sol para combatir la luz y su efecto en los ojos. Al mismo tiempo, la claridad de un día nublado también puede provocar molestias, por lo que no está de más adoptar las gafas de sol como “prenda” más allá del verano.

Por último, es recomendable hacer una visita al especialista de forma regular, al menos una vez al año.

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