«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Deconstruyendo la derecha social

El zapaterismo tuvo sin duda efectos demoledores para el conjunto de la sociedad española. La concepción relativista y corto placista de la acción política. El escasísimo bagage intelectual y cultural de la élite de poder en el partido socialista produjeron un cataclismo en las raíces éticas de una buena parte del pueblo español.

Sin embargo no todo fueron efectos negativos.El “núcleo duro” de la derecha social, conservadora en los principios y liberal en su concepción de la economía encontró un referente rotundo frente al que valía la pena pertrecharse ideológicamente y en no pocas ocasiones hacer frente en la mismísima calle. Millones de personas reaccionaron a la acometida de una izquierda radicalizada que desataba todos los fantasmas del pasado y arrasaba con un modelo de sociedad, jaleada por unos medios de comunicación instalados en el nihilismo cultural y en el beneficio como único objetivo.

Esas personas, ancladas en lo mejor de nuestra tradición, locomotoras de la generación de confianza y de riqueza, gentes muchas veces sencillas pero dotadas de enorme coraje y sentido común, construyeron una oposición que logró derribar la desvertebradora e irresponsable aventura de Zapatero y los suyos.

Y llegó Rajoy, llegó la derecha. Con un programa electoral bajo el brazo que se comprometía con los principios y valores de más de una decena de millones de ciudadanos españoles. Con unos recursos de inconstitucionalidad a sus espaldas que desnudaban leyes como la del aborto o los “matrimonios entre personas del mismo sexo”. Con la voluntad clara de reducir la presión fiscal para dinamizar la creación de empresas y por tanto de puestos de trabajo. Con todo ese bagage Rajoy y Soraya, o Soraya y Rajoy, que tanto monta,obtuvieron una holgada mayoría absoluta parlamentaria que representaba un vuelco en la esperanza y los anhelos de unos españolitos al borde del agotamiento y la división.

Pasados dos años la realidad de sus actos de gobierno nos presenta la cara más amarga de uno de sus mejores logros: la efectiva desactivación de esa oposición social franca y combativa que se había acrisolado en el rechazo al cambio antropológico radical propiciado por el PSOE.El “rajoyismo” ha diluido y desnortado ese maravilloso frente opositor.Esa es hoy por hoy la peor herencia que Mariano puede dejar a España.

Bueno, o no…

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