El artilugio recoge el agua fría que se desperdicia habitualmente mientras se alcanza la temperatura deseada y la reutiliza para lavavajillas u otros usos
Dos fontaneros valencianos han inventado un dispositivo que neutraliza el malgasto que supone el tradicional gesto de abrir el grifo y esperar a que el agua fría salga caliente, un movimiento que pasa desapercibido pero que cuesta a las familias españolas unos 500 euros al año.
Rafael Rodrigo y Francisco Pelegero constataron que durante esa pequeña espera se desperdician de ocho a quince litros de agua, una «catástrofe» en un país azotado por la sequía, lo que les impulsó a crear SmartWater, un artilugio que acaba con ese problema con solo pulsar un botón y con el que un hotel, por ejemplo, podría ahorrar 4.000 euros al año.
El dispositivo, desarrollado y fabricado en Valencia y certificado tanto en España como en Estados Unidos, ha sido comercializado ya en varios países americanos y un estudio de la Universidad Politécnica de Valencia garantiza su amortización en menos de tres años.
El dispositivo es sencillo: cuando el usuario quiere agua caliente, debe accionar un pulsador instalado junto al grifo y automáticamente este se ilumina de color azul, momento en el que el agua que antes se iría por el desagüe se canaliza a un depósito donde queda guardada.
Después de que el calentador haya hecho por fin su trabajo, la luz del botón pasa a ser roja, lo cual indica que el agua caliente está lista para ser usada.
De esta manera, cuando se abre el grifo, el líquido sale ya a la temperatura idónea mientras que el agua fría queda almacenada para, por ejemplo, usar el lavavajillas o la lavadora y vaciar el inodoro.
Rodrigo y Pelegero han explicado a Efe que el dispositivo consiste realmente en una sola placa que se coloca en un cuarto de baño y que por sí sola sirve para gestionar toda la instalación del hogar.
A ella entran las tuberías de agua caliente y de agua fría, y desde dentro es la que decide cuándo la misma está a temperatura suficiente. El circuito lo completa un depósito complementario en el que se almacena todo el agua no utilizada.
La simple instalación del dispositivo, tras pasar por todos los test de calidad, ha demostrado ser capaz de ahorrar el 40 por ciento del agua que antes se empleaba en cualquier construcción, lo que, según aseguran, quiere decir que si toda España lo instalase en solo un año se llenaría dos veces el pantano de Tous.
Sin embargo, resaltan que lo realmente revolucionario de este nuevo sistema es que, además de agua, ahorra energía.
A diferencia de otros dispositivos desarrollados con el mismo fin, el invento de los valencianos no va acoplado al sistema eléctrico de la casa sino que funciona con cuatro pilas doble A, que duran dos años.
Esto ahorra dinero al consumidor, que no tiene que pagar más por la factura de la luz, pero al mismo tiempo también implica la reducción del 30 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono: «Instalar SmartWater en cincuenta viviendas equivale a plantar trece árboles cada año», asegura Rodrigo.
Según un estudio del Centro de Tecnologías Físicas de la Universidad Politécnica de Valencia-Campus de Gandía, el ahorro de agua y luz que propicia el nuevo artilugio hace que su precio sea amortizado en menos de tres años.
Además, según sus cálculos, podría ahorrar 500 euros al año a un domicilio particular, 1.000 euros a una peluquería, 3.000 a un gimnasio y 4.000 a un hotel.
El dispositivo, que ha sido desarrollado y fabricado en Valencia, ya ha sido probado en ochenta instalaciones con resultados satisfactorios, y ha obtenido el certificado C en España y el BCC en Estados Unidos.
Por el momento ha sido comercializado -bajo el paraguas de la empresa IDI creada a tal efecto- en México, Chile y Estados Unidos, y ha recibido propuestas para su instalación en una cadena de hoteles en Punta Cana (República Dominicana).
Sin embargo, Rodrigo y Pelegero lo tienen muy claro: les «encantaría» que el mercado «masivo» de su novedoso dispositivo fuera España.
* Una crónica de Teresa Navalón (EFE)