«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El juez que ha condenado a Alfie, ilustre miembro del lobby LGTB

El magistrado LGTB, Anthony Hayden

Anthony Hayden pertenece a la agrupación LGTB BLAGG, que se presenta a sí misma como ‘una red de apoyo para lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero en el Colegio de Abogados, y para aquellos que ingresan a la profesión’.


El pequeño Alfie Evans, aquejado de una enfermedad rara aparentemente irreversible, lleva más de 24 horas desconectado del respirador. Y sobrevive contra el pronóstico de unos médicos que, convencidos de que fallecería en cuanto se le desproveyese de la ventilación artificial, han movido cielo y tierra para provocar su muerte.
En cualquier caso, las autoridades británicas se afanan – con maquiavélica saña – en truncar las esperanzas de sus progenitores. Así, este martes un tribunal de Manchester les ha denegado la posibilidad de trasladar a Alfie a Italia – ahora es ciudadano del país transalpino – para tratar ahí su extraña enfermedad. (Recordemos que el centro pediátrico Bambino Gesú ha llegado a preparar un avión medicalizado para transportar al pequeño hasta Roma).
Lo más curioso de esta última sentencia es que el juez que la ha dictado, Anthony Hayden, no es exactamente alguien que se haya mantenido imparcial en el terreno político durante su devenir vital. Al contrario, se trata de un magistrado que ha secundado abiertamente la causa LGTB y que ha escrito un manual titulado ‘Children and same sex families’ (‘Niños y familias del mismo sexo’).
No en vano, Hayden pertenece a la agrupación BLAGG, que se presenta a sí misma como ‘una red de apoyo para lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero en el Colegio de Abogados, y para aquellos que ingresan a la profesión’. Así, cuando fue elegido juez del Tribunal Superior de Reino Unido en la división familiar, la página web de esta sistémica asociación expresó un alborozo indisimulado.
En su portal, BLAGG revela – quizá inintencionadamente – la estrecha ligazón que une al poder político y a los grupos de presión LGTB: ‘Llevamos a cabo un importante trabajo en política. Los departamentos gubernamentales, las organizaciones benéficas de alto perfil, y los académicos y profesionales extranjeros nos consultan regularmente. Además, mantenemos estrechos contactos con el Departamento de Igualdad de Oportunidades del Consejo de Abogados’.
Para añadir gravedad el todo esto, el magistrado se ha permitido el lujo de arremeter contra las personas que han apoyado a Alfie durante este tiempo, acusándoles de dar falsas esperanzas y de construir un ‘espectáculo deprimente de un público joven y fanático’.

Tajani, con Alfie

En medio del sepulcral y cómplice silencio mantenido por la Unión Europea, el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, ha salido en defensa de Alfie y de la actitud adoptada por el Gobierno de su país.
De esta manera, en un conferencia de prensa convocada este martes, ha demandado que se le ‘conceda otra oportunidad a Alfie’, así como ha respaldado la idea de tratar de salvarlo en Italia, en el Bambino Gesú, ‘sin ensañamiento terapéutico’.

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