La muestra «tiene mucho que ver con el espíritu de la expedición que celebramos, que es un espíritu científico y de conocimiento entre pueblos que en principios son muy distantes».
La expedición española de Malaspina, que llegó a Sídney el 13 de marzo de 1793, reflejó el espíritu ilustrado de una España interesada en el conocimiento científico de pueblos distantes como Australia.
Al cumplirse 225 años de su llegada, España ofrece una muestra con más de una treintena de reproducciones de mapas, documentos e ilustraciones en la Biblioteca Estatal de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney, sobre este primer encuentro documentado del país ibérico con Australia, otrora llamado Nueva Holanda.
La muestra «tiene mucho que ver con el espíritu de la expedición que celebramos, que es un espíritu científico y de conocimiento entre pueblos que en principios son muy distantes», dijo a Efe la directora del Instituto Cervantes en Sídney, Raquel Romero.
La expedición de Alejandro Malaspina y José Bustamante, a bordo de las corbetas Descubierta y Atrevida, llegó a Port Jackson para recabar información de, por ejemplo, las plantas exóticas y animales, la geografía y la población aborigen, en el marco de su travesía de cinco años por diversos puntos del planeta.
«Fue una expedición moderna que llega a un sitio en donde se sabe lo que hay», comentó el director de Cultura del Instituto Cervantes en España, Martín López-Vega, al compararla con la de «(Cristóbal) Colón que llegó a América pensando que llegaba a Japón (…) o como la de los primeros españoles que llegaron a Filipinas y se encontraron un mundo lleno de musulmanes».
López-Vega destacó que, aunque este año se celebra el 50 aniversario de las relaciones diplomáticas entre España y Australia, la expedición demuestra que el intercambio entre ambos países se remonta a mucho tiempo atrás en la historia.
A su llegada a Sídney y en pleno auge de la Ilustración, Malaspina, un marino italiano al servicio de España, y sus hombres fueron encandilados por el cordial recibimiento por el teniente gobernador mayor, Francis Grose, y sus entorno.
«Un diario del viaje de Malaspina hablaba en diversas ocasiones de la belleza del puerto y de la buena relación con las autoridades locales», relató a Efe el comisario de la muestra, Marc Barrio, al destacar que esta expedición produjo en total unos 20.000 documentos con dibujos y registros de gran calidad.
Según un artículo del escritor australiano Alan Lucas publicado en 2011 por la revista marítima Afloat, la cortesía incluyó encuentros con mujeres convictas y un paseo para ver el desarrollo agrícola de Parramatta, al oeste de Sídney.
Los encuentros sexuales con las convictas están documentados y Romero contó que previa a la llegada a Sídney, un oficial describió en uno de los diarios que se había ordenado que «no podrán subir mujeres ni desconocidos (a los barcos), y los hombres tendrán la mitad de ración de ron para evitar problemas con los lugareños».
Asimismo, el diario The Australian citó este mes un documento encontrado por el historiador naval australiano Chris Maxworthy en la Real Academia de la Historia en Madrid que indicaría que Malaspina y Bustamante evaluaron el número de tropas británicas, entonces colonizadoras de Australia, así como las posiciones de defensa y asentamientos.
Según este documento, los expedicionarios elaboraron cartas navales con el fin de preparar un supuesto ataque contra «la colonia en Sydney Cove», y Bustamante propuso en 1796 invadir la colonia y tomar todas sus posesiones.
El plan, explica Maxworthy, fue finalmente archivado en aquella época en la que España pasaba asiduamente de ser aliada a ser rival de potencias europeas como Francia o Inglaterra.
«En los documentos que he leído, y he estado buscando bastante porque me encargué de la selección de los documentos a exhibir, y de la transcripción de los manuscritos (…) no he encontrado nada», dijo Romero respecto al supuesto plan de ataque.
La funcionaria dijo que lo que se refleja en su investigación fue «la voluntad evidente de cualquier nación de reconocer cuál es el espacio político, geográfico, humano, económico, con la intención de reconocer y aprovechar probablemente esos recursos no sé si a través de una invasión o a través de colaboraciones».
Romero admitió que existe un documento de Malaspina en el que le dice al rey Carlos III que la expedición obtendría información que se «podrá utilizar de forma publica o privada según considere la Corona».
«Pero el documento para la presunta invasión yo no lo he visto», aseguró.