«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La poligamia, una práctica subvencionada en Suecia

Ejemplo de poligamia

Un refugiado sirio con tres mujeres y dieciséis hijos fue obsequiado en el mes de septiembre con tres domicilios con valor de 1,8 millones de euros


Suecia, ese paraíso multicultural en que se toleran las costumbres de todas las etnias y religiones, también acepta la poligamia, aquella práctica por la cual un hombre puede enlazarse con más de una mujer. De esta manera, el país escandinavo, cuyos problemas con la población islámica son ya dramáticos, es uno de los pocos no musulmanes que valida los matrimonios polígamos que lleguen al territorio.
En cualquier caso, este hecho, que ya resulta en cierto modo una renuncia a la propia tradición, va ligado a otro más grave: que la práctica está subvencionada. No en vano, un refugiado sirio con tres mujeres y dieciséis hijos fue obsequiado en el mes de septiembre con tres domicilios con valor de 1,8 millones de euros, algo que ha suscitado un gran revuelo en la sociedad sueca, que no acepta tales privilegios. El objetivo de esta concesión al refugiado es permitir que cada familia – aun siendo legalmente una sola – viva en un espacio propio.
Ante las críticas desatadas por la concesión, el regidor del municipio en que se hallan las casas, Nacka, se ha defendido aduciendo que tan sólo cumple la ley nacional; defensa a la que ha añadido que el refugiado y la familia habrán de pagar un alquiler – muy bajo, hay que decir – y que habrán de abandonar la vivienda transcurridos dos años.

Un mal extendido

Como se ha sugerido, el caso de este refugiado no es ni mucho menos aislado. Hay en Suecia, tal y como recoge Actuall, más de 300 matrimonios polígamos reconocidos. Por ello, las discusiones respecto al multiculturalismo y la poligamia son comunes en los medios de comunicación suecos.
Entre los defensores de esta práctica se cuentan también maestros de escuela, entre los que Sputnik News destaca a Suad Muahmed, una musulmana que considera que Suecia debe aspirar a la total aceptación de la poligamia: ‘Todos los musulmanes que creen el Corán y en el camino del Profeta saben que un hombre puede casarse con varias mujeres’, ha asegurado esta mujer de 32 años en cuyas manos están los suecos más precoces.
En cuanto a la contradicción de que los hombres puedan disfrutar de varias esposas y las mujeres sólo puedan gozar de un esposo, esta maestra de preescolar alude a la naturaleza. ‘La forma común y natural es que la mujer sólo quiera a un hombre Si una mujer ama a más, entonces se le llama algo diferente, un título que nadie quiere tener’.
Incluso alguna feminista sueca, como Ulla Lundegard, justifica la poligamia. No en vano, de acuerdo con ella, un matrimonio polígamo puede ser más beneficioso que uno natural: ‘Incluso puede ser que vivan una vida mucho más interesante de lo que hacen muchas parejas suecas después de treinta años’.

¿Adoctrinamiento en las escuelas?

Sin embargo, el gran problema es que este intento de normalizar la poligamia está trasladándose a las escuelas. Prueba de ello es un libro de texto, dirigido a infantes de entre tres y seis años, escrito por el autor Oscar Trimble bajo el título ‘Mi abuelo tiene cuatro esposas’. Este relato, del que se han hecho eco algunos medios digitales suecos, narra la historia de Asali, una chica que viaja a Somalia para conocer a su abuelo y a sus cuatro abuelas.
Trimble ya escribió un cuento dirigido a la normalización del burka: ‘La abuela no es un fantasma’.

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