Esta más pesimista percepción de la conciliación podría responder, en el ámbito social, al deterioro de factores como la natalidad y la salud pública
La sociedad española no percibe una mejoría en el ámbito de la conciliación; trabajar y formar una familia se antoja cada vez más difícil en un país al que la crisis económica y moral de los últimos años ha sacudido con especial saña. Así se desprende, al menos, del barómetro presentado por la Fundación MasFamilia esta semana, el cual, mediante la observación de noventa indicadores diferentes de tipo económico y social, profundiza en el ámbito de la conciliación laboral y familiar en España, que, en lo que a percepción se refiere, ha empeorado un 4,7% entre 2008 y 2017.
Esta más pesimista percepción de la conciliación podría responder, en el ámbito social, al deterioro de diversos factores. Entre los más reseñables – de cuantos son mencionados en el barómetro –, encontramos el de natalidad y la demografía, que ha caído un 10,9% respecto a 2008 (la población española envejece con paso firme); el de la salud pública, que ha empeorado un 12,5%; el de la familia, cuyo vigor ha descendido en más de un 9%; y el de la economía y el empleo, que, como consecuencia de la crisis, ha caído un 5,9%.
Empero, en estos años se han registrado progresos en otros supraindicadores de cariz social; progresos que nos permiten albergar algo de esperanza para el futuro. Así, la valoración de la Fundación MasFamilia respecto a la infancia y a la igualdad de oportunidades ha mejorado en un 7,9% y en un 6,2% respectivamente.
El resultado final de la suma de los supraindicadores positivos y negativos es un deterioro del subíndice social – así se llama en el barómetro – en un 4%.
El panorama es algo más halagüeño en lo que a los supraindicadores empresariales se refiere: casi todos mejoran, lo que revela, entre otras cosas, que el grado de responsabilidad social de las empresas se incrementa progresivamente. Al menos, en apariencia. En conjunto, el subíndice empresarial progresa en un 10,2%.
Dentro de este subíndice, los supraindicadores que mejoran son los de competitividad y productividad, gestión de la conciliación, responsabilidad social corporativa y reputación. En contrapartida, retroceden ligeramente, en cuanto a valoración, la calidad laboral (los empleos son cada vez más precarios, con sueldos bajos) y la diversidad laboral.
Unas descorazonadoras conclusiones
Este barómetro de la Fundación MasFamilia, que ha sido presentado este martes en sede de CEPSA, nos indica que la sociedad española percibe la compaginación de la vida familiar y la laboral cada vez más ardua. Por mucho que los indicadores de cariz empresarial sean, en conjunto, mejores que los de 2008, es más difícil para el hombre medio conciliar su trabajo con la dedicación exigida por sus allegados.
En un contexto en el que la tasa de natalidad española disminuye a ritmo acelerado, la fragilidad del estado de la conciliación debería resultar preocupante. No en vano, supone un óbice más que se añade a los muchos que ya han de sortear los trabajadores españoles para tener hijos.
Las reflexiones de los expertos
El barómetro presentado por MasFamilia incluye las opiniones de diversos expertos en la cuestión tratada; expertos que señalan el problema de la natalidad como uno de los grandes desafíos a los que se habrá de enfrentar España en los próximos años (en el informe, el de la natalidad y la demografía es uno de los supraindicadores que más se ha deteriorado respecto a 2008).
Es Alejandro Macarrón, director de la fundación ‘Renacimiento Demográfico’, el que se pronuncia en el barómetro con mayor claridad acerca de esta trascendental cuestión: ‘Con una natalidad tan baja, nuestra sociedad es inviable a la larga. Sin más niños, las perspectivas de España y Europa son lúgubres’.