Las aerolíneas y las empresas de transporte son las compañías más afectadas por la subida del precio del barril de crudo Brent, que se ha encarecido más de un 115 % desde principios de 2016, hasta superar los 80 dólares en la actualidad.
El profesor del Máster en Bolsa y Mercados financieros del IEB, Luis Fernando Utrera, ha explicado en una entrevista con Efe que «las líneas aéreas están claramente perjudicadas», porque el uso del petróleo «constituye un importante porcentaje de sus costes operativos».
Sin embargo, estas compañías no son las únicas que sufren por el encarecimiento, sino que en la misma medida hay que incluir al resto de empresas de transporte, ya sea marítimo o terrestre, ya que si suben los precios, se reduce la demanda, ha apuntado.
Ha añadido que «las agencias de viajes estarán más afectadas por el crecimiento de la economía que exclusivamente por el precio del crudo».
En el lado contrario de la balanza se sitúan las petroleras que extraen esta materia prima, junto a las empresas que se dedican al refino y distribución de derivados del petróleo.
Aún así, el profesor del IEB ha apuntado que una subida en el precio «no tiene por qué implicar un incremento de sus beneficios», ya que «obtienen un margen, más o menos fijo, por cada litro vendido y una subida de precios suele estar acompañada de un menor consumo».
Otras compañías a las que afecta de manera positiva son aquellas que se dedican a elaborar productos alternativos al petróleo, porque «cuanto mayor sea su precio, mayor será la demanda de sus productos alternativos», ha destacado.
Las sanciones de EEUU a Irán, que es uno de los mayores productores de petróleo, y la reducción en la producción en Venezuela, debido a la actual crisis política y económica, han sido claves en esta subida de los precios, según el analista de XTB, Joaquín Robles.
El barril de crudo Brent -de referencia en Europa- comenzó 2016 pagándose a 37,85 dólares por barril y a principios de octubre de este año se disparaba por encima de los 85 dólares, aunque en las últimas sesiones se ha relajado en el entorno de los 80 dólares.
Ambos expertos han descartado que se vayan a superar los 100 dólares por barril y, de hecho, Robles ha señalado que el mercado debería «estabilizarse en torno a los 80 y 88 dólares».
En el caso de que la oferta se redujera aún más, se podría ver el barril «por encima de los 90 dólares», mientras que si los principales productores como la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y EEUU decidiesen aumentar la producción, se podrían observar «nuevas caídas hacia la zona de los 75 dólares», ha indicado.
España es el quinto consumidor de petróleo de la Unión Europea (UE), por detrás de Alemania, Francia, Reino Unido e Italia, con un consumo cercano a los 1,3 millones de barriles al día.
Robles ha remarcado que el problema de países como España es que prácticamente la totalidad de dicho petróleo es importado, por lo que «depende mucho de los precios del mercado».
Otros países, como Francia y Alemania, tienen la necesidad de importar el 75 % por lo que pueden «limitar el impacto de las subidas», ha añadido.