«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Martín de Alzaga 1755-1812. Bicentenario de una injusticia.

Sus ejecutores no fueron mejores que él. Condenado injustamente a morir el día 6/7/1812. Décadas posteriores de guerras y enfrentamientos entre criollos, demostraron que con esas actitudes los únicos beneficiarios fueron las potencias marítimas.

/p>

Comerciante rioplatense, precursor de la independencia argentina. Nacido el 11/11/1755 en San Martín de Ibarra de Aramayona, provincia de Álava, España. Había llegado a Buenos Aires a los doce años de edad, ingresando como dependiente en la casa de comercio de don Gaspar de Santa Coloma. Se independizó cuando tenía 22 años con 24.000 pesos ahorrados y una recomendación: “Se ha sabido manejar en el comercio con mucha conducta y crédito”.

Llegó a tener su propia flota de barcos que cubrió el tráfico de Cádiz. Desde allí recibía gran cantidad de mercaderías para abastecer al Río de la Plata. A su vez fue uno de los más prósperos exportadores de la Argentina, que en aquella época se sostenía gracias a la ganadería oportunamente introducida por la colonización española. Desde el puerto de Santa María de los Buenos Aires se exportaban cueros, carne salada, sebos, cuernos, crines, productos de talabartería, pieles de nutria y chinchilla.

Símbolo del espíritu de empresa rioplatense. Los Álzaga, al igual que otras familias criollas, representan para nosotros un exponente en el mundo de los negocios. Orgullo argentino y una manera de hacer las cosas. Pero fundamentalmente el respeto por la palabra empeñada en las transacciones comerciales.

El señor Martín de Álzaga llegó a ser Alcalde de Primer Voto. A él le debemos en primer término la preparación de la Reconquista de Buenos Aires. Álzaga organizó el campamento de Perdriel, el regimiento “La Unión” y otras fuerzas que le permitieron a Santiago de Liniers aparecer como el reconquistador de la ciudad. Sin la acción decidida de Álzaga, el ataque inglés de 1807 habría significado el establecimiento definitivo de las fuerzas de Gran Bretaña en esta parte del mundo.

Difamado por sus opositores como conspirador, Álzaga jamás lo fue. Sus restos fueron hallados hacia 1866 en una caja sólidamente construida, al efectuarse una excavación en uno de los patios de la Iglesia de San Miguel.

Bibliografía. Nuevo Diccionario Biográfico Argentino (1750-1930). Vicente Osvaldo Cutolo. Editorial Elche. Bs. Aires, 1985 – Otro Alzaga. Enrique de Gandía. Ed. Ultreye. Santa Fe, 1949 – Conspiraciones y Revoluciones de la Independencia Americana. Movimientos Precursores. Enrique de Gandía. Editorial O.C.E.S.A. Buenos Aires, 1960 – Álzaga 1812. Enrique Williams Álzaga. Emece Editores S.A.. Buenos Aires, 1968. Ver también “El alcalde que derrocó al virrey”. Diario “La Nación”. Ricardo Garay, 6/2/2007.

Publicado en Intereconomía el 17/5/2012. Blog El Chimango del Sur por Mariano García Barace. Buenos Aires, Argentina.

 

TEMAS |
Fondo newsletter