El pasado lunes respondían nuestros queridos lectores a la encuesta diaria, dedicada esa jornada a Cataluña. Preguntábamos por el futuro político de la Comunidad y la gran mayoría de votantes se decantó por el “no lo sé y no me importa. Estoy hasta el gorro de la payasada separatista”. Lector manda; así que resolveremos con brevedad la papeleta independentista: ya saben que hoy hay «pleno simbólico» para reivindicar al detenido Puigdemont como presidente legítimo; desde su celda de Neumünster, el exiliado-fugado-apresado ha pedido delegar su voto en el Parlament, y todo mientras desde la Comisión Europea recuerdan que las leyes españolas son soberanas y que nadie puede saltarse las normas para luego criticar a los jueces que las aplican. Ese es, más o menos el resumen político de una Cataluña entregada a las irregularidades -ya hasta los funcionarios públicos se afanan en colgar esteladas – y de la que siguen huyendo importantes empresas.
Cazan a unos operarios municipales reponiendo una estelada en Gerona
Y ahora, lo que pasa en el mundo más allá de la arcadia fallida del nacionalismo catalán.
La Tercera Guerra
Lo resume a la perfección Carlos Esteban en la pieza que dedica a contar lo que pasa con Rusia. “Nosotros dándole vueltas al prisionero de Neumünster mientras el mundo avanza como un zombi hacia la Tercera Guerra Mundial”.
La hostilidad occidental estrecha la alianza entre Rusia y China
Porque más de veinte países aliados de Estados Unidos han participado en la mayor expulsión de diplomáticos de la historia. Ni siquiera en los momentos más tensos de la Guerra Fría, cuando Estados Unidos y la Unión Soviética representaban dos formas diametralmente opuestas e incompatibles de concebir la civilización humana se dio algo igual. Y eso puede tener consecuencias muy graves más allá de la que ya conocemos: que Rusia, aislada por Occidente, acabe echándose en los brazos de China, y viceversa. Cambia el tablero mundial.
Legionario, legionario
Más asuntos. A pesar del incuestionable apoyo que cada año recibe la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios de Barcelona en la procesión de Semana Santa en Palafolls, la izquierda continúa empeñada en impedir la presencia de los legionarios en el desfile del Jueves Santo que organiza la Cofradía de Santa María y Sant Lluís. Los legionarios lo tienen claro: saldrán a procesionar. Lo que pase después, se lo contaremos el lunes de Pascua.
La izquierda española, de nuevo contra la tradición católica en los cuarteles