Muchos nos preguntamos si un juez puede hacer consideraciones de estrategia política mientras un buscado por la justicia se pasea impunemente por los países vecinos.
A menos de diez días para que expire el plazo para una sesión de investidura, el único candidato a la presidencia de Cataluña es, como saben ustedes, Carles Puigdemont. Carles, que este lunes se convertía durante unas horas en Mr. Charles Puigdemont en la conferencia en una universidad danesa, es un hombre acusado de serios delitos -rebelión, sedición, malversación…- que se pasea libremente por Europa.
Primero fue el Gobierno de Mariano Rajoy el que legitimó al prófugo -recuerden a Méndez de Vigo diciendo aquello de ‘sería de nuestro agrado ver al señor Puigdemont en las listas electorales’- y ahora es la justicia la que le da libertad de movimientos.
Porque si bien son muchos los que alaban la jugada del juez Llarena -no activar la orden de detención contra Puigdemont para evitar así que pueda pedir el voto delegado por obstáculos legales-, también son -somos- muchos los que nos preguntamos si un juez puede hacer este tipo de consideraciones de estrategia política mientras un buscado por la justicia en España se pasea impune e irónicamente por los países vecinos.
Que el futuro judicial de Carles, Carlos, Charles es negro está bastante claro. Que su recorrido político parece casi agotado también. Pero que la batalla de la propaganda, la capacidad para contar al mundo las mentiras que le plazcan sin que nadie haga nada por impedirlo, que esa batalla la ha ganado por goleada el viajero Puigdemont, eso nadie puede negarlo.
Desmontando seis de las mentiras contadas por Puigdemont en Copenhague
Este lunes tanto los estudiantes daneses como cualquier interesado en la conferencia de Charles que se asomara a internet pudieron escuchar, entre otras perlas, que España no es un país democrático, que el Gobierno de Rajoy ha prohibido el color amarillo o que no hay ningún problema con el castellano en Cataluña (ninguno, Charles, salvo para los miles de comerciantes sancionados por rotular sus comercios en español y no en catalán). Mentiras que no se habrían escuchado si el Gobierno o la Justicia hubieran actuado más y mejor.
Hombres solos
En fin, cambiamos de asunto para abordar una cuestión sobre la que nos gusta reflexionar. Una noticia y un análisis. La noticia, que este fin de semana el gigante Facebook cerraba la página web que la abogada Yobana Carril dedica a los hombres maltratados por la Ley de Violencia de Género. “No me han dicho nada, pero me imagino que hubo miles de denuncias de feministas y se vieron obligados a cerrarla’”, explicaba a La Gaceta la abogada. Una página que ampara, aunque sólo sea emocionalmente, a hombres que no pueden ver a sus hijos y a mujeres -abuelas, por ejemplo- que han dejado de ver a sus nietos tras casos de separación en los que han mediado denuncias falsas -sí, existen- de maltrato.
Facebook cierra la página española dedicada a los hombres maltratados
Unan esta noticia a esta otra reflexión: “La asimetría judicial entre hombres y mujeres favorece las situaciones de desprotección”. La afirmación es del despacho Patón y Asociados, que escribe en La Gaceta sobre los casos de abuso emocional de la mujer hacia el hombre.
El abuso emocional, la prueba invisible de los hombres maltratados
Abusos difícilmente demostrables y que muy pocas veces se tienen en cuenta en sede judicial. ¿No resulta injusto un país que protege -como debe ser- a la mujer víctima pero se olvida del hombre cuando es él el que está desamparado? Creemos que sí.
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