«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Reunión entre general de EEUU y gobierno libánes resuelve disputa diplomática

Líbano

El jefe del Comando Central de Estados Unidos, general Kenneth McKinsey, se reunió hoy con el primer ministro de Líbano, Hasan Diab, tras una polémica por unas palabras de la embajadora en ese país sobre la supuesta dependencia del Ejecutivo del grupo chií proiraní Hizbulá.

Diab y McKinsey conversaron sobra las relaciones bilaterales y el apoyo de Estados Unidos al Ejército libanés, según indicó la oficina del primer ministro en un escueto comunicado sobre la reunión, que se produjo mientras seguidores de Hizbulá protestaban en las calles por la presencia del militar estadounidense.

Previamente el jefe del Comando Central se reunió con el presidente, Michel Aoun, con quien habló sobre «el apoyo continuado» de las Fuerzas Armadas estadounidenses al Ejército libanés, «que defiende la independencia y soberanía» del país.

La visita del militar se produce doce días después de que la embajadora estadounidense, Dorothy Shea, afirmara en una entrevista que tenía «serias dudas» de que el Gobierno fuera independiente y no estuviera «en deuda con Hizbulá», grupo al que Estados Unidos considera terrorista.

Tras esas palabras un magistrado emitió una orden prohibiendo a medios nacionales y extranjeros entrevistar a Shea, una decisión que el Gobierno rechazó aunque convocó a la embajadora para expresarle su condena por lo que había declarado.

La embajadora aseguró tras esa reunión que habían «pasado la página de esta desafortunada distracción».

Por su parte, el magistrado dimitió tras su decisión para no ser sometido a un proceso del órgano judicial, aunque el líder de Hizbulá, Hassan Nasraláh, elogió su actitud «valiente».

Nasraláh dijo ayer que su partido, tercera fuerza parlamentaria, exigiría al Gobierno que convoque a la diplomática para reclamar que actúe de acuerdo a sus funciones y apeló a Shea a «dejar de interferir y hablar sobre derechos humanos», así como a «respetarse a sí misma».

Diab llegó al cargo el pasado diciembre gracias a los votos de Hizbulá y sus aliados, dos meses después de que el histórico líder Saad Hariri dimitiera a los doce días del inicio de unas protestas contra de la corrupción y la clase dirigente.

El Líbano está negociando un programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que le ayude en una de sus peores crisis económicas desde el final de la guerra civil (1975-1990).

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