La plataforma de vehículos compartidos Uber pagará 148 millones de dólares como parte de un acuerdo extrajudicial por no haber revelado a los afectados un robo masivo de datos en EE.UU. y otros países, en 2016.
Hace dos años, un grupo de piratas informáticos obtuvieron de forma ilegal los números del carné de conducir de 607.000 conductores de Uber, así como decenas de millones de correos electrónicos y números de teléfono de usuarios.
Al conocer el robo, la empresa californiana pagó a los hackers 100.000 dólares para que destruyesen la información, pero no alertó de lo sucedido a usuarios ni conductores durante un año.
No fue hasta noviembre pasado cuando el nuevo consejero delegado de la compañía, Dara Khosrowshahi, hizo público lo ocurrido, y reconoció que Uber debería haber avisado a las autoridades de forma inmediata.
Aunque la mayoría de los datos robados correspondían a conductores y usuarios de EE.UU., el robo también afectó a Uber en el Reino Unido, Australia y Filipinas.
En virtud del acuerdo publicado hoy, la empresa de vehículos compartidos distribuirá los 148 millones de dólares entre los 50 estados de EE.UU. y el Distrito de Columbia.
Esta cantidad de dinero es la mayor cifra que una empresa estadounidense ha pagado jamás como consecuencia legal de haber sufrido un robo de datos de clientes o proveedores.