A la espera de lo que diga la Justicia, la actuación de La Manada revela una degradación moral que debería preocupar, y mucho.
Última sesión del juicio al grupo de jóvenes conocido y autodenominado La Manada. Última sesión de una crónica de los horrores que, a la espera de lo que sentencie el juez, deja una evidencia incontestable, como relataba este lunes la fiscal del caso: «Ha quedado perfectamente acreditado el delito de agresión sexual y el delito contra la intimidad”. Una acción “conjunta y coordinada” de cinco jóvenes frente a una mujer sola. Una acción que -insistimos-, a la espera de lo que diga la Justicia, revela una degradación moral que debería preocupar, y mucho, a administraciones públicas, educadores y familias. ¿Violadores? La justicia dirá. ¿Una manada? Una auténtica manada de animales, sí.
Del separatismo y sus cosas
Hablemos ahora de separatismo… pero no de Cataluña: Transilvania se postula peligrosamente como el próximo foco de tensión que podría poner a prueba la cohesión de la Unión Europea. Un contraejemplo de lo que es un verdadero conflicto territorial… y no este de los Puigdemont y compañía, inventado -viene bien recordarlo- en uno de los países con fronteras más antiguas y estables del Viejo Continente. Interesantísimo tema de Carlos Esteban para adelantarnos a la que se avecina en el este de nuestra querida Europa.
Refrescando la memoria
Y, ahora, un poquito de memoria histórica… Muchos españoles de bien asistieron con estupefacción a la solidaria declaración del líder abertzale, condenado por secuestro, Arnaldo Otegi. Era el Día Internacional para la erradicación de la violencia contra la mujer y Otegi no puedo resistirlo. “Corresponde a todos”, dijo, acabar con esta lacra “en los centros de trabajo, en las instituciones, en la calle”. ¿De verdad? ¿De verdad tenemos que escuchar al ex ETA dando lecciones de civismo, paz o como quieran llamarlo? Por si se le había olvidado recordamos, una a una, a todas las mujeres -algunas de ellas niñas- asesinadas por su banda durante décadas en España. Y ahora vas y nos hablas de paz.
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