«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Ronaldo, suma y sigue. Casillas, no

26 de agosto de 2016

El fórum Grimaldi, de Mónaco, acogió ayer el sorteo de la Champions y la Gala (soy generosa con lo de Gala, lo sé) Mejor Jugador Europeo 2015-2016. Los protagonistas, tres jugadorazos de nuestro campeonato: Griezmann, Ronaldo y Bale…. Mónaco, qué mejor sitio para estar rozando el estrellato. La Champions comienza con cuatro representantes españoles: Madrid, Barça, At. Madrid y Sevilla. Los tres primeros, asiduos a estas lides y el cuarto, una incógnita con la marea Sampaoli. Finalmente, el premio se lo llevó Cristiano Ronaldo con los 16 goles en Champions y los títulos de Campeón de Europa con el Real Madrid y con Portugal. Sorteo caprichoso ya que el Barcelona se enfrentará al Manchester de Guardiola y Claudio Bravo. Esto fue un alivio y un subidón para los periodistas deportivos que habían caído en depresión cuando las bolitas no quisieron enfrentar al Oporto contra el Real Madrid. Lo llamaban morbo. Definitivamente, el morbo está sobrevalorado. 

Para los que no estuvimos presentes en Mónaco, la retransmisión por parte de Antena 3 fue para llorar. La transmisión que habría impresionado hasta la pesadilla al mismísimo Aaron Sorkin. Sabemos que de la UEFA no te vas a esperar una fiesta, ni diálogos inteligentes, de ahí que esperamos un esfuerzo de los de aquí para amortiguar el dolor. Contemplaba a Clarence Seedorf y fantaseaba que era Seal a punto de arrancarse con ‘Crazy’. A Pedrerol se le llenaba la boca con lo de Champions Total pero marcharon ‘a publi’ y, media hora después, volvieron con Seedorf  ya a puntito de sacar las bolas (las del sorteo, digo). Dale una vuelta a ese título, Pedrerol, Champions Minitotal. Ahora, sin vestir no van, no. Podría parecer que la moda masculina es sencilla, pero los futbolistas se empeñan en demostrar lo contrario. Esa chaqueta con escudito, a lo Máster de Augusta. Resulta raro ver a Álvaro Benito sin la camiseta desgastada y sin los tatuajes. Ojalá un día Álvaro desatado, a lo Nicolas Cage en ‘Corazón salvaje’: “¿Alguna vez te he dicho que esta chaqueta de aquí representa un símbolo de mi individualidad y mi creencia en la libertad personal”. Lo que no cambia es la erudición. Como una lonja aquello. “¡Lo compro!”, gritaban al saltar cada bola. Y Marcos López como el empollón de la clase, instruyéndonos a base de “táztico” como Pepe Blanco y su “conceto”. Marcos era como Alba Carrillo cortando momentos como el de Álvaro Benito, con la sonrisilla por lo bajini, poniéndose sentimental imaginando un Real Madrid- Oporto.    

Mientras tanto, las redes estallaban en llamas por unas bolas calientes, decían. Está agosto como para encender la chimenea. Llega el momento Best Player. Cuando creíamos que nadie podría superar aquella Dolce & Gabbana de Messi sube Griezmann. Y, antes de que os adelantéis, os recuerdo que Beckham recibió la Orden del Imperio Británico con el moño. Algunos nacen con el traje puesto y a otros parece que le ha caído desde un quinto piso, como el abrigo a la protagonista de Una chica afortunada. Que alguien guíe por el camino de la elegancia y el estilo al delantero atlético. ¿Qué mecanismo extraño lleva a algunos querer ser el Jared Leto de la alfombra azul? Daré un voto de confianza, tal vez le perdieron la mitad del traje en el vuelo Ryanair. Vale. Confieso que yo criticaba los estilismos recién llegada de alta mar, llena de sal y tirada en bikini en el sofá. Total,  Paqurrín ha posado este verano con bañador de Scalpers, pero vamos a decirlo bajito no sea que la marca de moda se entere y le dé un parraque.  Ay, que casi se me escapa una lagrimilla. De la risa, claro. 

 

Desde los piratas blancos de Nadal, en la pista de Roland Garros, no veía un dolor así. Josep Pla ya avisaba, “los abusos cometidos en nombre de la paella valenciana son excesivos”. Eso es porque no había visto las alfombras rojas de los futbolistas. Por cierto, creo que Lobo Carrasco aún sigue en el estudio de Antena 3 KO, tal John Wayne tras un gancho de Maureen O’Hara en ‘El hombre tranquilo’. Lo que hemos sacado en claro es que no debemos invitar nunca a Ángel M. Villar a darnos el discurso en nuestra boda. Es el anticlímax. Hasta dos veces ¡dos! tuvo que subir al escenario a entregar los premios. Jamás lo perdonará, jamás. Un complot, pensaría. Y decían disculpándole, “él es así,  lo pasa fatal en los actos públicos, la timidez”. Por Dios, que lleva ahí desde la caída de Constantinopla.  Me lo imaginaba en la butaca diciéndole a Florentino Pérez, “me duele un poco aquí y no conviene que fuerce”. Por favor, no realicéis en casa los esfuerzos cometidos ayer por Villar sin la presencia de un traumatólogo. Menudo sosainas. Pero, como las noticias de ayer envuelven el pescado de hoy, vuelve la Selección. Vuelve Reina (¿ein?). No vuelve Casillas. Y vuelven los periodistas que llevan dos días, como unos Illuminati, anunciándolo.

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