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López Obrador ha fomentado una extraña relación con los EEUU

AMLO estrecha sus relaciones con Biden: le ofrece mano de obra y chips

Andrés Manuel López Obrador junto a Joe Biden. Reuters

Durante la cumbre trilateral del más alto nivel celebrada en Washington este jueves 18 de noviembre, Andrés Manuel López Obrador insistió ante Joe Biden y Justin Trudeau, en la conveniencia de integrar un bloque económico anti-China, que logre frenar el crecimiento desmedido y la inevitable nueva hegemonía del Gran Dragón rojo, antes que en pocas décadas la disparidad sea tan grave que surja la “tentación” de resolverla militarmente.

Mientras Joe Biden hizo hincapié en el logro de contar ya con millones de píldoras anti-Covid 19, y en haber vacunado también a menores de edad, y Trudeau en la amistad que une a las tres naciones, López Obrador expuso exactamente el mismo discurso que ya había planteado en la conmemoración del 238 aniversario del natalicio de Simón Bolívar, en julio de 2021.

“No cabe duda que la firma y la ratificación del Tratado de Libre Comercio de México, Estados Unidos y Canadá ha sido una acertada decisión en bien de nuestros pueblos y naciones”, dijo el mandatario socialista, olvidando las décadas en que criticó ese mismo acuerdo firmado por primera vez por su archiadversario político Carlos Salinas de Gortari (presidente de México 1988-1994) por considerarlo «neoliberal» y “entreguista”.

“La integración económica con respecto a nuestras soberanías es el mejor instrumento para hacer frente a la competencia derivada del crecimiento de otras regiones del mundo, en particular la expansión productiva y comercial de China”, dijo sin ambages el mexicano.

“Mientras Canadá, Estados Unidos y México representamos el 13% del mercado mundial, China domina el 14.4%. Y este desnivel viene de hace apenas 30 años. Pues en 1990 la participación de China era de 1.7%, y la de América del Norte de 16%. De mantenerse la tendencia de la última década, en otros 30 años -para el 2051- China tendría el dominio del 42% del mercado mundial. Nosotros – Estados Unidos, México y Canadá- nos quedaríamos con el 12%. Lo cual, además de ser una desproporción inaceptable en el terreno económico, mantendría viva la tentación de apostar a resolver esa disparidad con el uso de la fuerza, lo cual nos pondría en peligro a todos”, advirtió.

El 24 de julio pasado, en su evento bolivariano, el mandatario mexicano ofreció las mismas palabras y cifras:

“Para el 2051 China tendría el dominio del 64.8 por ciento del mercado mundial y Estados Unidos entre el 4 y 10 por ciento; lo cual, insisto, además de una desproporción inaceptable en el terreno económico mantendría viva la tentación de apostar a resolver esta disparidad con el uso de la fuerza, lo que nos pondría en peligro a todos”.

Y añadió en aquella oportunidad: “Mientras China domina 12.2 por ciento del mercado de exportación y servicios a nivel mundial, Estados Unidos solo lo hace en 9.5 por ciento”.

Pero en esta ocasión López fue más lejos aún, al ofrecer mano de obra como inmigración “ordenada” hacia Estados Unidos y Canadá, y al mismo tiempo, la opción de poder fabricar “chips” para diversos artículos electrónicos y ser competitivos ante China.

Lo que no mencionó es que México no cuenta con tecnología para fabricar tales chips, pero en cambio sí cuenta con grandes depósitos de litio, la materia prima sine qua non para baterías.  

Acaso para resolver tal problema y poner en marcha esta cadena productiva, en la que México aporta mano de obra y materia prima, y Estados Unidos la tecnología (esquema a todas luces neoliberal, extraño en un gobierno que se precia de ser de “izquierdas”), es que estos dos países instalaron un grupo de trabajo  a fines de septiembre pasado.

Con el nombre de “Center for binational Institutions” (CBI), una iniciativa de la US-Mexico Foundation, ambas naciones buscarían sumar esfuerzos para activar la cadena de producción de semiconductores, y la fabricación de baterías para la industria de telefonía celular, automotriz y médica.

“Por eso lo mejor, lo más conveniente, es fortalecer nuestras economías, fortalecernos comercialmente en América del Norte y en todo el continente. Las ventajas son muchas. Entre otras: contamos con fuerza de trabajo, joven y creativa, con desarrollo tecnológico y con una gran riqueza de recursos naturales. La distancia entre nuestros países nos permite ahorrar en transporte y existe suficiente demanda en nuestros mercados”, ofreció López.

“El consumo per capita de América es de 18,100 dólares anuales, mientras que en Asia es de 4,400 dólares. Sin embargo en la actualidad un consumidor en nuestra región tiene que ponerse en lista de espera para un electrodoméstico o un automóvil, porque no hay semiconductores, chips”, reconoció AMLO. “O porque aumentó el precio del transporte marítimo, cuando el problema de fondo es que no estamos produciendo lo suficiente y estamos obligados a importar mercancías de otros países”, continuó.  

“Es una paradoja que haya tanto circulante en América del Norte y los puertos del Pacífico estén saturados de mercancías procedentes de Asia. Agréguese el impacto inflacionario que eso acarrea”, dijo el mexicano, y se preguntó: “¿Por qué no podemos producir en América del Norte lo que consumimos?”

Y él mismo se responde: “Claro que sí, es asunto de definición y de estrategia económica regional”.  “Para lograrlo se debe dejar de rechazar a migrantes que aportan la fuerza de trabajo de la que en realidad carecen Estados Unidos y Canadá”.

Luego López Obrador reconoció a Biden por su proyecto para legalizar a 11 millones de inmigrantes que trabajan en Estados Unidos.

El mexicano dejó entonces entrever el respaldo electoral que podría acaso brindar su gobierno en las elecciones intermedias de 2022, al señalar que desea que Biden cuente con los apoyos necesarios en la Casa de Representantes para tal regularización.

“Los mexicanos estaremos atentos y en su momento nos pronunciaremos”, dijo el tabasqueño. “Y también sabremos corresponder con gratitud y amistad”…

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