El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, reafirmó que en su Gobierno no hay corrupción y que la redada policial llevada a cabo el miércoles era una prueba. «No hay corrupción en mi Gobierno y luchamos contra la corrupción, de quien quiera que sea», dijo.
Lo hizo después de la detención del senador brasileño Chico Rodrigues, según dijo a Reuters una fuente judicial informada sobre el caso.
Rodrigues, que en el Senado representa al estado de Roraima, negó haber cometido delito alguno y dijo que sus 30 años en la política han sido limpios.
La policía federal no hizo comentarios, alegando la confidencialidad de la investigación.
El Gobierno de Bolsonaro se ha distinguido por la lucha contra la corrupción. 230 millones de dólares fueron recuperados por Lava Jato, operación por la que se logró que el corrupto izquierdista Lula da Silva terminara en prisión, y se enviaron al Ministerio de Educación para guarderías.
También por el éxito económico. Antes de la pandemia, el desempleo en Brasil llegó a su nivel más bajo en seis años, con una tasa del 11%.
Bolsonaro logró las reformas necesarias el aumento del empleo en el país y la subida de los salarios. El ingreso promedio real de los trabajadores se estimó en 550 dólares en el 2019, un 0,4% más que en el 2018, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
