«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
LOS ESCƁNDALOS DEL DIRIGENTE SOCIALISTA

Borrell: blanqueamiento de los golpistas catalanes, complicidad con el castrismo y uso de información privilegiada

El Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell. Europa Press

En los dĆ­as mĆ”s aciagos del golpe separatista catalĆ”n Josep Borrell apareció con una bandera de Europa para echar un jarro de agua frĆ­a al entusiasmo espaƱolista que desbordaba Barcelona una semana despuĆ©s del referĆ©ndum independentista. Subido al escenario del Ćŗnico patriotismo permitido (el constitucionalista) Borrell regañó al millón de personas que gritaba ā€œPuigdemont a prisiónā€ escoltado, entre otros, por Vargas Llosa, Salvador Illa, Sociedad Civil Catalana o Arrimadas. Tan solo siete dĆ­as despuĆ©s del golpe, el histórico dirigente socialista pedĆ­a a esa EspaƱa de los balcones que al fin habĆ­a bajado a la calle que dejara de gritar como si fuera una turba. Las primeras frases de su discurso destaparon el tarro de las esencias setentayochistas con un lavado de cara al separatismo que hoy se aprecia con mayor claridad: ā€œCiudadanos de CataluƱa, porque eso es lo que sois vosotros, ciudadanos de este paĆ­s. Veo algunas banderas esteladas, esta es nuestra estelada (muestra una bandera de Europa). Tiene las estrellas de la paz, de la convivencia… Eso es lo que representa Europaā€. En su intervención pronunció hasta en cuatro ocasiones la palabra Europa o europeo y sólo una EspaƱa, como si el golpe lo estuvieran dando contra la UE y no contra la unidad de EspaƱa. ā€œNo gritĆ©is como las turbas del circo romano, a la cĆ”rcel sólo van los que dicen los juecesā€. Y salen de ella -le faltó decir- los que luego diga el PSOE. De algĆŗn modo Borrell anticipó lo que estaba por venir. ā€œOs pido por favor que extrememos el respeto, que reconstruyamos el afecto, que nos queramosā€, un discurso calcado con el que hoy SĆ”nchez justifica los inminentes indultos a los golpistas.

Cuatro aƱos despuĆ©s de su papel como mediador en la intentona separatista, Borrell acaba de recibir el rechazo del Pleno del Parlamento Europeo por jugar a lo mismo pero con diferente protagonista: la dictadura de Cuba. Un email ha desvelado que el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y PolĆ­tica de Seguridad actĆŗa como enlace del rĆ©gimen de DĆ­az Canel en Bruselas y Estrasburgo. El contenido del correo muestra que el grupo del PSOE en el Parlamento Europeo pretendĆ­a paralizar un manifiesto de ā€˜Prisoners Defenders’ que denuncia la represión cometida por la dictadura castrista contra los autores de la canción ā€˜Patria y Vida’. La autora del correo es una asesora del PSOE, Pilar Ruiz HuĆ©lamo, y la destinataria Isabel GarcĆ­a Tamara, del equipo del europarlamentario socialista Javier Moreno, que preside el Grupo de Amistad con Cuba. Lo que la asesora pregunta es si debe encargarse el equipo de Javier Moreno de avisar a la embajada cubana o es ella la que debe llamar a Heydi Villuendas Ortega, tercera secretaria de la embajada cubana en la capital belga. Sea como fuere Borrell estĆ” implicado como reconoce la autora del email: ā€œMe pregunto si querĆ©is avisar vosotros a la Embajada de Cuba o aviso yo a Heidy. El gabinete de Borrell ya estĆ” al tantoā€.

No es el único escÔndalo protagonizado por el exministro de Exteriores de SÔnchez en los últimos tiempos. En 2018 fue sancionado con 30.000 euros por la CNMV por el uso de información privilegiada en la venta de acciones de Abengoa, empresa de la que era consejero. Borrell utilizó esa información para favorecer a su exmujer a la que instó a vender las acciones que tenía en la compañía de energías renovables en el momento crítico de la compañía, noviembre de 2015. A principios de noviembre de 2015, las acciones clase B -las que tenía su exmujer- de la empresa andaluza cotizaban a un euro la acción y a finales de mes estaban a 0,35, lo que supuso una caída del 65%. La multa, desde luego, era mÔs que asumible para alguien que ganaba 300.000 euros anuales como consejero de la compañía desde 2009.

Sin embargo, el PSOE hizo lo posible por evitar la sanción o, al menos, que no trascendiera a la opinión pública. SÔnchez aprobó de urgencia en 2018 una norma que permite a la CNMV eludir nombres cuando se considera que el daño a la persona es desproporcionado. El Consejo de Ministros aprobó la ley sólo un día después de que la CNMV sancionase a Borrell. Hasta ese momento la ley española obligaba a la CNMV a publicar en el BOE todas las infracciones graves y muy graves una vez fueran firmes.

En cualquier caso, Borrell se libró de pagar una cuantĆ­a mucho mayor, ya que la ley del Mercado de Valores establece que ā€œtodo el que disponga de información privilegiada deberĆ” abstenerse de ejecutar por cuenta propia o ajena, directa o indirectamente […] cualquier tipo de operación sobre los valores negociablesā€. El importe que contempla la ley para los directivos sancionados por una infracción muy grave es de hasta dos millones de euros o ā€œel doble del importe de los beneficios obtenidos o de las pĆ©rdidas evitadas gracias al incumplimiento, en caso de que puedan determinarseā€.

Pero hay mĆ”s. Y de nuevo la exmujer aparece en escena. En 1999 Josep Borrell dimitió como candidato del PSOE a las generales del aƱo siguiente por el fraude fiscal que salpicó a dos de sus colaboradores durante su etapa en la secretarĆ­a de Estado de Hacienda. Un aƱo antes se habĆ­a impuesto a JoaquĆ­n Almunia en las primarias socialistas a pesar de tener en contra a todo el aparato del partido. QuizĆ” eso espoleó a El PaĆ­s a investigar trapos sucios del polĆ­tico catalĆ”n hasta toparse con el exdelegado de Hacienda en CataluƱa Ernesto de Aguiar y el exjefe de la inspección JosĆ© MarĆ­a Huguet. El editorial de El PaĆ­s del 15 de mayo de 1999 decĆ­a asĆ­: ā€œNo hay en su actuación nada reprochable desde un punto de vista penal, civil o Ć©tico. Pero el hecho de que su ex mujer participase en un fondo de inversiones junto a uno de esos antiguos colaboradores, convertidos hoy en sĆ­mbolo mĆ”ximo de la desvergüenza, refuerza la impresión de que no se trataba sólo de funcionarios desleales, sino de personas de su entera confianza personal. Por ello, su decisión de renunciar es prudente, y seguramente sabiaā€.

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