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DESMONTANDO LA PROPAGANDA SEPARATISTA

Cataluña y el Sáhara Occidental: sin parecidos razonables

Tropas de la inexistente República Democrática Saharaui desfilan por los campamentos argelinos saharauis de Tindouf (foto STR/Dpa).

La cita clásica dice que quien viaja mucho deja de ser nacionalista. No es el caso de los separatistas vascos y catalanes, que han recorrido durante años el mundo, con dinero pagado por todos los españoles, buscando modelos para sus planes: Puerto Rico, Baviera, las islas Äland, Eslovaquia, Groenlandia, Escocia, Kurdistán, Quebec, Letonia, Croacia…

Durante la larga campaña de años para alcanzar el referéndum del 1 de octubre de 2017, el aparato de propaganda catalanista, desde TV3 a La Vanguardia, proclamaba que Cataluña era la Dinamarca del Sur. El periodista Gregorio Morán comparó a Cataluña con Sicilia debido a la corrupción de su clase dirigente; y tanta razón tenía que poco después fue despedido.

Ahora parece que los separatistas deberán organizar un viaje de estudios a Tinduf, ya que el ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Nasser Bourita, nombrado personalmente por el rey Mohamed, ha equiparado a Cataluña con el Sáhara Occidental.

Dada la nulidad comunicativa de los distintos Gobiernos españoles en asuntos de interés nacional y la galbana de tantos diplomáticos y empleados de las embajadas, es muy habitual que los extranjeros, por muy amigos que se consideren de España, carezcan de argumentos para replicar a la propaganda marroquí o separatista. También les ocurre a muchos españoles, que aprenden en el bachillerato que España existe desde 1812 o como mucho desde el primer Borbón, Felipe V. 

Rabat no se ha atrevido a presentar el caso de las ciudades españolas norteafricanas en la ONU, sin duda porque sabe que quedaría en ridículo

Las preguntas que suelen quedar sin respuesta son del estilo de: ¿cómo España puede reclamar la reintegración de la colonia de Gibraltar y defender la españolidad de Ceuta y Melilla? y ¿por qué no se permite a los catalanes votar en un referéndum como los escoceses? Tratemos de responderlas brevemente.

La ONU considera colonia al Sáhara

Desde 1945, el sistema del Derecho Internacional gira en torno a las Naciones Unidas, con la Asamblea General, el Consejo de Seguridad y la Corte Internacional de Justicia como fuentes. Este Derecho abroga tratados internacionales centenarios e impone obligaciones a los Estados. Como la fuerza suele acompañar (sino preceder) al Derecho, los Estados más poderosos suelen ignorar los pronunciamientos y las resoluciones de los organismos de la ONU cuando les perjudican. 

La ONU considera al Sáhara Occidental uno de los escasos territorios pendientes de descolonización que quedan en el mundo. El régimen franquista aceptó descolonizarlo previo referéndum de su población. Sin embargo, la oposición de Marruecos y de EEUU, la agonía del general Franco y el lobby pro-marroquí en España lo impidieron. En 1976, España abandonó su anterior provincia para entregársela a Mauritania y Marruecos, y estalló una larga guerra. 

Después del alto el fuego entre el Frente Polisario y el reino de Marruecos, en 1991, la ONU estableció la Misión de las Naciones Unidas para el referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO) para supervisar el cese de los combates y organizar el referéndum de autodeterminación (con el censo elaborado por las autoridades españolas). No se ha avanzado nada y la ONU se limita a renovar periódicamente el mandato de la MINURSO, cuyos miembros suelen asistir a la represión marroquí contra los saharauis sin impedirla. En otoño de 2020, el Polisario reanudó la guerra.

Gibraltar debe reintegrarse en España

En los años 60, el Comité de Descolonización y la Asamblea General de la ONU declararon a Gibraltar una colonia que debe ser retornada a España, como lo fue Ifni, bajo control español, a Marruecos. Londres se ha negado a cumplir esas resoluciones y Madrid ha desaprovechado numerosas ocasiones para hacer valer su derecho, como el ‘Brexit’.

No existe ninguna resolución o declaración de organismos internacionales de rango parecido sobre territorios españoles. 

España tiene la razón de su parte ante cualquier campaña marroquí, pero Marruecos dispone de estrategia, voluntad y aliados

Después del abandono del Sáhara, Argelia adoptó una actitud hostil contra España. Aparte de apoyar al movimiento terrorista canario MPAIAC, la dictadura socialista argelina trató en 1978 de que la Organización para la Unidad Africana calificase al archipiélago español como territorio africano sometido a un régimen colonial. Con menos recursos y menos personal diplomático que ahora, el Gobierno de Adolfo Suárez impidió esa maniobra

Sobre las ciudades de Ceuta y Melilla (vinculadas a España desde antes de la existencia de Marruecos), ni ha existido ni eso. Sólo han exigido su entrega a Marruecos los jefes de Estado y los Gobiernos marroquíes; o sea, la parte interesada. Pero Marruecos es uno de los Estados más belicistas del mundo. Desde su reaparición como Estado soberano en 1956, ha mantenido o mantiene reclamaciones fronterizas sobre sus vecinos: Mauritania, Argelia y España; y además ocupa ilegalmente un territorio que la ONU no considera suyo. 

España es una nación transcontinental, lo cual no es una rareza, ya que otras lo son, como Rusia, Turquía, Reino Unido, Australia, Egipto, Dinamarca, Francia, Chile o Portugal. Rabat no se ha atrevido a presentar el caso de las ciudades españolas norteafricanas en las Naciones Unidas, sin duda porque sabe que quedaría en ridículo. 

Antes marroquíes que ecuatorianos en Gerona

Entre los aliados o más bien quintacolumnistas españoles con que ha contado el ‘majzén’ marroquí destacan los separatistas catalanes. De la misma manera que el rey Francisco I de Francia llegó a aposentar a los turcos en su reino para combatir al emperador Carlos V, sin importarle los destrozos que causaran a sus súbditos, los catalanistas no vacilan en colaborar con Rabat para obtener su república. Dentro de su alucinación, los catalanistas rechazan los inmigrantes hispanoamericanos porque los consideran difíciles de ‘adoctrinar’ y prefieren pakistaníes, sijs y marroquíes, a los que creen que podrán convertir en ‘nous catalans’.

Los diputados catalanes participaron en las Cortes de Cádiz y miles de catalanes en el régimen franquista

Jordi Pujol abrió en 2003 una oficina en Casablanca para captar inmigrantes marroquíes. El mismo Pujol, al que la Audiencia Nacional va a juzgar, junto con sus siete hijos, por delitos de organización criminal, blanqueo de capitales, delitos contra la Hacienda Pública y falsedad documental, ha sido uno de los defensores de la dictadura marroquí, tal como confirman los documentos revelados por Chris Coleman. Ahora el régimen marroquí ayuda a uno de sus principales aliados dentro de España.

Escocia fue soberana. Cataluña, jamás

En Escocia se celebró un referéndum de autodeterminación en 2014. ¿Puede haber similitudes entre Cataluña y Escocia? Cataluña jamás fue un reino independiente, mientras que el primer rey escocés, Kenneth I, apareció en el siglo IX. Escocia e Inglaterra guerrearon durante siglos; por el contrario, jamás hubo guerra entre Cataluña y Castilla, sí entre la Corona de Aragón y el reino de Castilla. En 1603, el rey de Escocia se convirtió rey de Inglaterra. Mediante el Acta de Unión de 1707, la unión de coronas en una misma cabeza fue sustituida por una unión de reinos, que dio lugar al Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda y a un único Parlamento. Durante el siglo XVIII, los jacobitas se sublevaron varias veces para derrocar a la dinastía Hannover y recuperar su anterior estatus. 

Los reyes españoles, sobre todo los Borbones, visitaron varias veces Cataluña sin encontrarse con protestas, incluso Fernando VII. Los diputados catalanes participaron en las Cortes de Cádiz, que dieron comienzo al constitucionalismo, concedieron derechos modernos como el de voto y abolieron todo resto de fueros medievales. Y miles de catalanes participaron en el régimen franquista.

El referéndum escocés se realizó gracias a la exigencia del Parlamento de Edimburgo, restaurado en 1998 con competencias supeditadas al Parlamento nacional, y en virtud, no del principio de autodeterminación, sino del Acta de Unión. Ésta es un tratado de Derecho Internacional aprobado por dos Parlamentos (por medio de sobornos en Escocia) que, dado el constitucionalismo británico, puede deshacerse mediante una ley. 

En España no ha existido jamás un sujeto de Derecho Internacional llamado Cataluña; y entre el siglo XVI, cuando se instauró la monarquía española y 1714 (el final de la guerra de Sucesión española), las Cortes catalanas carecieron de competencias internacionales.

En el largo conflicto que enfrenta a Madrid y Rabat, España tiene la razón de su parte ante cualquier campaña marroquí, pero Marruecos dispone de estrategia, voluntad y aliados. Los españoles podríamos alterar ese desequilibrio, pero ¿lo deseamos?

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