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MADURO PRESUME UNA 'VICTORIA' SOBRE LA OPOSICIÓN

Continúa la farsa: el chavismo y Guaidó vuelven a la mesa de ‘diálogo’ en México

Firma del memorando de entendimiento entre el Gobierno y la oposición venezolana - EL UNIVERSAL / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO

La tiranía de Nicolás Maduro y la ‘Plataforma Unitaria’ de Venezuela, que aglutina a los principales partidos de la ‘oposición’, se ven las caras de nuevo a partir de este viernes en Ciudad de México, escenario de unos contactos que llegan con un ‘memorando de entendimiento’ bajo el brazo.

Los dos bandos se vieron las caras a mediados del mes de agosto en medio de una bicefalia en la que, frente a Maduro, el opositor Juan Guaidó se ha reivindicado ante Venezuela y el mundo como ‘presidente encargado’ y, por tanto, legítimo.

Sin embargo, la creciente presión internacional sobre el chavismo, a golpe de sanciones contra los criminales que lo integran, y la falta de logros en la estrategia opositora llevaron a las partes a avanzar hacia un proceso de diálogo en el que México hace las veces de anfitrión y Noruega de mediador.

Los primeros contactos de agosto dieron como resultado el compromiso de sentarse de nuevo a la mesa del 3 al 6 de septiembre, ya con una ‘hoja de ruta’ más clara, pero con un mensaje que suena ya a conocido en Venezuela tras varios procesos fallidos de diálogo.

«La negociación se dará bajo el principio de que nada está acordado hasta que todo lo esté», reza el memorando de entendimiento, que sí abre la puerta a «celebrar acuerdos parciales» si se considera que hay una necesidad «urgente» de ponerlos en práctica.

En la mente de todos están las elecciones regionales y locales del 21 de noviembre, en las que por primera vez en tres años la Plataforma Unitaria se prestará para el fraude, que recupera de nuevo la bandera común de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), con la que la oposición consiguió sus últimos éxitos electorales en 2015.

Los partidos del denominado G4 –Voluntad Popular, Acción Democrática, Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo– asumen que «no serán unas elecciones justas ni convencionales», pero las defienden como «un terreno de lucha útil para fortalecer a la ciudadanía e impulsar la verdadera solución», esto es, la convocatoria de presidenciales y parlamentarias «libres».

Guaidó, miembro de Voluntad Popular, ha evitado sumarse inmediatamente a este llamamiento a la participación, por el que abogó en un primer momento el excandidato presidencial Henrique Capriles, más partidario de abrir nuevas estrategias y de entablar contactos alternativos.

El acuerdo firmado entre la tiranía y la oposición prevé el «levantamiento de las sanciones» contra el chavismo y «restauración de derecho a activos» que permanecen congelados a día de hoy.

Sin embargo, los dos principales impulsores de sanciones, Estados Unidos y la Unión Europea, ya han dejado claro que no revisarán los castigos hasta que haya avances «significativos» en el diálogo. Ambos han reclamado la celebración de elecciones con garantías y el bloque europeo ha comenzado a tantear el terreno para una posible misión de observación electoral.

A la espera de los posibles consensos, Gobierno y oposición se esfuerzan por dejar claro que, por el momento, no han accedido a ninguna de las pretensiones del contrario, un pulso que se agudizado tras el anuncio de la Plataforma Unitaria sobre su futura participación en el fraude electoral.

«Me voy a sentar en mi butaca, con el televisor prendido (…) a ver a Guaidó votando el 21 de noviembre y allí aplaudiré porque logramos incluirlo en la democracia», declaró Maduro esta semana.

Guaidó se apresuró a contestar al mandatario en Twitter para recordarle que queda mucho por hacer: «Todos sabemos que hoy no hay condiciones ni garantías para una elección libre y justa. «Tanto, que estás sentado como contraparte en un proceso de negociación internacional que busca esas garantías electorales, políticas y un cronograma de elecciones», añadió en referencia al diálogo.

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