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José María Figueres, Lineth Saborío y Fabricio Alvarado se erigen como favoritos

Costa Rica acude este domingo a las urnas con la población desganada y 25 candidatos presidenciales

Boleta para las elecciones presidenciales de Costa Rica. Reuters

Entre 25 candidatos, un universo de 3,5 millones de electores del pueblo de Costa Rica escogerá a quien habrá de ser el próximo presidente de la república centroamericana. No obstante, dos aspirantes fueron rechazados en razón de que los partidos políticos incumplieron los requisitos necesarios para participar en los comicios, según la autoridad electoral. Asimismo, 28 organizaciones políticas se han inscrito, igualmente una cifra récord en los últimos 70 años, sobre todo porque se trata, mayormente, de nuevas agrupaciones que representan al 53 por ciento del total de partidos. Tal proliferación de candidatos y partidos no deja asomar a una opción preferente del electorado que, a pocos días de los comicios, no muestra mayor entusiasmo por el evento.

Para el próximo 6 de febrero de 2022, el Tribunal Supremo de Elecciones, instancia que según la Constitución de la República de Costa Rica es el órgano encargado de “la organización, dirección y vigilancia de los actos relativos al sufragio (…) el cual goza de independencia en el desempeño de su cometido (…) [y del cual] dependen los demás organismos electorales”, ha convocado a elecciones generales en las que se escogerá al presidente, dos vicepresidentes y los 57 diputados que conforman la Asamblea Legislativa.

La convocatoria se hace de acuerdo a lo que estipula el artículo 133 de dicha Carta Magna: “La elección de Presidente y Vicepresidentes se hará el primer domingo de febrero del año en que debe efectuarse la renovación de estos funcionarios”. Igualmente, la Constitución costarricense indica que “Para ser Presidente o Vicepresidente de la República se requiere:1) Ser costarricense por nacimiento y ciudadano en ejercicio; 2) Ser del estado seglar; 3) Ser mayor de treinta años” (artículo 131).

El período presidencial será de cuatro años (artículo 134), al igual que también será el tiempo que durarán en funciones los 57 diputados que conforman la Asamblea Legislativa (artículo 106).

Se advierte que “el Presidente y los Vicepresidentes serán elegidos simultáneamente y por una mayoría de votos que exceda del cuarenta por ciento del número total de sufragios válidamente emitidos” (artículo 138, por lo que si ninguno obtiene el 6 de febrero dicho porcentaje, entonces se deberá ir a una segunda vuelta “el primer domingo de abril del mismo año entre las dos nóminas que hubieran recibido más votos, quedando elegidos los que figuren en la que obtenga el mayor número de sufragios”. Dicha segunda vuelta se efectuaría, por tanto, el domingo 3 de abril del presente 2022.

Los candidatos

Las candidaturas admitidas por el TSE fueron la de Carmen Quesada (Justicia Social), Christian Rivera (Alianza Demócrata), Eduardo Cruickshank (Restauración Nacional), Eliécer Feinzaig (Liberal Progresista), Fabricio Alvarado (Nueva República), Federico Malavassi (Unión Liberal), Greivin Moya (Fuerza Nacional),John Vega (De los Trabajadores), José María Figueres (Liberación Nacional), José María Villalta (Frente Amplio), Lineth Saborío    (Unidad Social Cristiana), Luis Alberto Cordero Arias  (MovimientoLibertario), Maricela Morales (Unión Costarricense Democrática), Martín Chinchilla (Pueblo Unido), Natalia Díaz (Unidos Podemos), Oscar Campos (Encuentro Nacional), Oscar López (Accesibilidad Sin Exclusión), Rodolfo Hernández (Republicano),Rodolfo Piza (Nuestro Pueblo), RodrigoChaves (Progreso Social Democrático), Rolando Araya (Costa Rica Justa), Rouland Jiménez (Movimiento Social Demócrata Costarricense), Sergio Mena (Nueva Generación), Wálter Muñoz (Integración Nacional), Welmer Ramos (AcciónCiudadana).

Las candidaturas rechazadas por el TSE fueron las de Camilo Rodríguez y Viviam Quesada, de Renovación Costarricense y Fuerza Democrática, respectivamente.

Se debe acotar que, entre estos 25 candidatos presidenciales, 17 de ellos van con doble postulación, pues igualmente aspiran a ser diputados, constituyéndose como la cifra más alta de dobles postulados de la historia. De estos 17, 14 figuran en el primer lugar de las papeletas para diputado por San José, como opción de sus respectivos partidos políticos. Se trata de Fabricio Alvarado, Rolando Araya, Óscar Campos, Natalia Díaz, Eli Feinzaing, Rodolfo Hernández, Óscar López, Federico Malavassi, Sergio Mena Díaz, Maricela Morales, Greivin Moya, Rodolfo Piza, Carmen Quesada, Camilo Rodríguez, John Vega, Martín Chinchilla y Rouland Jiménez.

De igual modo, siete de estos doble postulados ya fueron diputados: Rolando Araya, Fabricio Alvarado, Óscar Campos, Natalia Díaz;Federico Malavassi, Carmen Quesada y Óscar López. Cabe destacar que ha habido iniciativas legislativas para prohibir la doble postulación a través de la reforma del Código Electoral.

Población desanimada

Pero el entusiasmo manifiesto en los aspirantes a presidente, vicepresidentes y diputados no parece ser el mismo en la población, a decir de algunos analistas, como el periodista costarricense especializado en temas de política y relaciones internacionales, Gonzalo Abarca, quien al describir el panorama reinante a poco menos de un mes en la nación tica respecto a estos comicios se refiere a él como “frío”. Explica que el 41 por ciento de los costarricenses habilitados para votar se muestran indecisos, por lo que ya se habla de la necesidad de acudir a una segunda vuelta electoral.

A esto se agrega, de acuerdo a su visión, el desencanto de la población abanderada de la democracia, dada la corrupción, favoritismo, populismo imperante en el país. “En este momento no hay un candidato que se esté llevando la bandera para llegar a la casa presidencial, sino que hay muchas interrogantes”.

Refiere además que, para el ciudadano común de Costa Rica, precisamente la gran cantidad de candidatos presidenciales se convierte en una dificultad a la hora de escoger, toda vez que la pandemia del Covid-19 ha impedido que la campaña se desarrolle normalmente y los aspirantes puedan dar a conocer su oferta electoral.

Al ser consultado respecto a los abanderados con mayor opción, Abarca subraya que los costarricenses, quienes venían deslastrando del bipartidismo imperante desde la instauración de la segunda república en 1948, ahora parecen volver a decantarse entre los dos partidos tradicionales, el Partido Liberación Nacional con su candidato José María Figueres, quien fue presidente de Costa Rica entre 1994 y 1998, y aspira a la reelección, y el Partido Unidad Social Cristiana, con Lineth Saborío.

Sin embargo, advierte que ni el partido socialdemócrata con Figueres (ostenta sólo ni el 17,9 por ciento de preferencia), ni la socialcristiana Saborío (con el 16,6 por ciento de apoyo), de acuerdo a los sondeos de la Universidad de Costa Rica, exhiben en la actualidad una mayoría que permita presumir un triunfo en primera la vuelta electoral de alguna de estas dos opciones.

“Es decir, no hay en este momento un candidato sólido, firme, que pueda llegar a la presidencia de Costa Rica” en esta primera vuelta electoral, dada la exigencia constitucional de obtener un mínimo de 40 por ciento de los votos.

Al recordarle a Gonzalo Abarca lo ocurrido en los países vecinos a Costa Rica —Honduras, El Salvador y Nicaragua— donde se ha instaurado la izquierda y el autoritarismo, acota que esto no deja de ser un riesgo, a criterio de algunos analistas, dado que aunque el ciudadano de su país es demócrata por naturaleza, ha empezado a mostrar cierta frustración por las pocas respuestas que la democracia y la gestión de los gobernantes le ofrece.

En este sentido, advierte que, si bien “queremos democracia, respiramos democracia, detestamos el favoritismo, buscamos siempre la justicia social”, se ha comenzado a mostrar cierta simpatía por Nayib Bukele, algo que, para algunos expertos, es una alerta de que el pueblo costarricense pudiera estar pensando en apoyar a una opción autoritaria similar al mandatario salvadoreño. 

“Hay un aire peligroso en el país y hay actores de grupos, está confirmado por el organismo de investigación policial de Costa Rica, que hay actores que tratan de desestabilizar esta democracia representativa y muy sólida de América Latina”, acota.

Los favoritos

De acuerdo al más reciente estudio del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR), José María Figueres, Lineth Saborío y Fabricio Alvarado se erigen como los candidatos con mayor intención de voto.

Pero a pesar de esto, como ya lo apuntó líneas arriba Gonzalo Abarca, los candidatos de Liberación Nacional (PLN), Unidad Social Cristiana (PSUC) y Nueva República (PNR)no alcanzan los porcentajes mínimos exigidos por la constitución, pues no superan el 15 por ciento.

Señala el análisis que ya a poco de realizarse la elección, tres candidatos que se encuentran por debajo de los anteriormente señalados, comienzan a despuntar y meterse en la competencia. Se trata de José María Villalta, candidato del Frente Amplio(FA); Rodrigo Chaves,abanderado de Progreso Social Democrático (PPSD); y Eliecer Feinzaig,la ficha del Partido Liberal Progresista (PLP).

Un punto fundamental de la encuesta y da apoyo al señalamiento inicial de esta nota y lo apuntado por Gonzalo Abarca, es lo relativo al porcentaje de posibles electores indecisos, el cual se mantiene invariable en 40 por ciento. Cuatro de cada diez personas que manifiestan intención de votar, aún no tienen una preferencia definida, lo cual permitiría la ocurrencia de sorpresas.

La encuesta se centra en los cinco candidatos con mayor porcentaje de apoyo en comparación con la última medición, de hace apenas una semana. Son ellos Lineth Saborío y Fabricio Alvarado, quienes suman 1 y 2 puntos porcentuales, respectivamente, presionando a Figueres, quien a pesar de que se mantiene liderando los estudios de opinión desde agosto de 2021, y muestra serias dificultades para incrementar su respaldo desde entonces.

Específicamente se señala que José María Figueres, con tendencia a la centro izquierda, suma un 15 por ciento de la intención de voto; Lineth Saborío, exvicepresidenta entre 2002-2006, de tendencia conservadora, cuenta con un 14 por ciento de preferencia; mientras que el pastor evangélico, Fabricio Alvarado, exhibe 11 por ciento de simpatías. Tales resultados pueden interpretarse como un empate técnico dado el margen de error de la encuesta, que podría sumar o quitar un 2,8 de puntos porcentuales a cada candidatura.

Entretanto, el abogado izquierdista, José María Villalta, contabiliza 8 por ciento de la intención de voto; el economista, Rodrigo Chaves, exhibe 6 por ciento de intención de voto a su favor; y Eliecer Feinzaig, un 3 por ciento, para crecimientos de 2, 1 y 2 puntos porcentuales, respectivamente. Asimismo, se encuentran el resto de los candidatos, quienes, de acuerdo a la encuesta, “no son significativamente distintos de 0″.

Estas tres opciones podrían adquirir protagonismo en razón del alto porcentaje de indecisos, por lo que tienen un duro trabajo de convencimiento que llevar a cabo.

Es preciso señalar que, aunque en Costa Rica no está planteado el posible triunfo de un izquierdista consumado, sí se estima que la tendencia del electorado sea la de dirigir el voto hacia opositores al gobierno de turno en manos del Partido Acción Ciudadana del actual presidente Carlos Alvarado.

En peligro

Aun cuando puntea en las encuestas con 15 por ciento de intención de voto, José María Figueres —según la encuesta del CIEP— muestra una caída de 2 puntos porcentuales en comparación con los sondeos de diciembre y mitad de enero.

Igualmente, Welmer Ramos, el candidato del oficialista Partido Acción Ciudadana (PAC), se presenta como el gran perdedor de la encuesta, toda vez que su respaldo es nulo entre las 1.200 personas entrevistadas, entre los días 19 y 22 de enero.

Otro peligro inminente ante la proliferación de candidatos y partidos políticos es la ingobernabilidad, resultante para quienquiera que resulte ganador y deba estar acompañado en el ejecutivo por un legislativo fraccionado, producto de esta atomización de organizaciones políticas, muchas de ellas surgidas a partir de grupos de interés.

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