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Covadonga fue el primer peldaño de la Hispanidad

Covadonga y la Reconquista: seguimos como moros y cristianos

Don Pelayo en Covadonga. Luis de Madrazo y Kuntz

La lectura historiográfica con tintes ideológicos y partidistas ha hecho que los historiadores entremos en debates que parecen pueriles, yermos e incongruentes. Con relativa frecuencia, vemos manifestaciones de algunos «estudiosos» haciendo alarde de su tendenciosidad e ideología, la cual suele superar el rigor histórico. Poner en duda la existencia de la batalla de Covadonga, del Rey Pelayo e introducir la negación de la Reconquista como proceso histórico, ha adquirido una periodicidad asimilable a las fiestas patronales de cualquier pueblo de España.

El argumento del que suelen partir siempre es el mismo: en los documentos medievales no se menciona de forma explícita el término Reconquista. Esta afirmación es tan cierta como tendenciosa. La aparición de Reconquista no se dará hasta los siglos XVIII y XIX, cuando se identificó en los textos una serie de puntos en común que articulaban esta idea.

¿Cuál era el estado de la Hispania visigoda?

En el 711, los musulmanes desembarcaban en la bahía de Algeciras y derrotaban a las tropas del Rey Rodrigo en la batalla del río Guadalete. Alternando la diplomacia con la guerra, se hicieron con el control de la Península Ibérica en poco más de una década. Los romanos habían tardado en ello más de dos siglos, mientras que los visigodos no lograron la unidad territorial de la península hasta el 585, habiendo inaugurado el Reino de Toledo en el 507.

Los grupos cristianos siempre tuvieron presente el anhelo de la recuperación de la cristiandad y la unidad perdida frente a los musulmanes

Los musulmanes se encontraron aquí con una sociedad con un alto grado de homogenización, pues los visigodos habían adoptado costumbres y elementos sociales hispanorromanos, como la conversión al catolicismo del Tercer Concilio de Toledo. Además, asimilaron el derecho romano y, en conjunción con la tradición germánica, crearon varios corpus legales únicos como el Codex Revisus de Leovigildo o el Liber Iudiciorum de Recesvinto en el 654.

Por ello, la Asturias de la rebelión pelagiana era un territorio romanizado, algo demostrado con los hallazgos arqueológicos de Gijón o la vía Carisa, y con otros de época visigoda como las monedas acuñadas en Flavium Avia.

La batalla de Covadonga

En este contexto, don Pelayo emprenderá desde la cueva del monte Auseva uno de los más célebres enfrentamientos armados de la Historia Militar de España. En mayo del año 722, Pelayo se había refugiado, junto con otros cristianos, en la cueva-santuario que fue el escenario de la batalla. Las cifras, según las crónicas, son objeto de discusión, pero resultaría poco probable que los combatientes de ambos bandos superaran los dos mil efectivos, en la línea de las contiendas de la Alta Edad Media. Lo indiscutible fue el resultado: los defensores ganaron con piedras, venablos, saetas y fustíbalos. 

¿Qué nos dicen las crónicas?

La Crónica mozárabe del 754, de autor anónimo, pese a no mencionar Covadonga, guarda la primera evocación del lamento por la España perdida, pero se reserva una posible recuperación de esta con ayuda de Dios. Los siguientes documentos que justificarían la Reconquista serían las Crónicas de Alfonso III, posteriores al 888, y que incluyen dos versiones diferentes: la Rotense y la Sebastianense. La primera manifiesta que Pelayo había sido espatario de Witiza y Rodrigo, mientras que la Sebastianense apela a su ascendencia regia a través de su padre, Favila. Ambas glosas evidencian que Pelayo estaba vinculado a la aristocracia visigótica. 

Covadonga fue el primer peldaño de la Reconquista, culminada en 1492 con la toma de Granada, y también de la Hispanidad, obra que aún sigue en pie

Además, la versión Rotense nos indica cual habría podido ser el germen de la revuelta: su captura por el gobernador Munuza y su envío como rehén a Córdoba. A su vuelta, atrajo hacia el norte a población goda e hispanorromana que participó en la lucha contra los invasores.

¿Existió entonces la Reconquista?

La Reconquista fue un proceso que existió pese a no ser mencionado de forma explícita. Los grupos cristianos siempre tuvieron presente el anhelo de la recuperación de la cristiandad y la unidad perdida frente a los musulmanes, creando todo un corpus ideológico en torno a ello. De hecho, en el siglo X, monarcas leoneses comenzaron a utilizar el término Imperator totius Hispaniae, algo que fue asumido con posterioridad por otros reyes aragoneses y navarros. 

Además, el empuje cristiano desde la batalla de Covadonga fue avanzando de forma progresiva. Los territorios conquistados no se perdieron, salvo en ocasionales embestidas musulmanas, y la política de los reinos nunca perdió de vista el objetivo de la unificación. Por ello, Covadonga fue el primer peldaño de la Reconquista, culminada en 1492 con la toma de Granada, y también de la Hispanidad, obra que aún sigue en pie.

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