«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
La oposición en el exilio rechaza cualquier diálogo con la tiranía

Daniel Ortega chantajea a familiares de presos políticos y despeja el camino hacia otro falso diálogo

Daniel Ortega y Rosario Murillo junto a representantes del empresariado de Nicaragua. 19 Digital

La libertad de los 170 presos políticos es el anzuelo que el dictador Daniel Ortega está utilizando como medio de presión para lograr «el diálogo» a su medida. Los primeros en solicitarlo han sido los familiares de los reos de conciencia, una petición que cuenta con el respaldado de los empresarios, el secretario general de la OEA, y Estados Unidos.

El Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), dirigido actualmente por César Zamora tras los arrestos de Michael Healy y Álvaro Vargas, presidente y vicepresidente, respectivamente, salió al paso después de tres meses de silencio para anunciar que «acoge» el diálogo solicitado por familiares de presos de conciencia por considerar es el «único» instrumento para encontrar el camino a la reunificación familiar.

Cerca de 90 familias de reos de conciencia solicitaron al régimen de Ortega un «diálogo» en la búsqueda de un esfuerzo nacional dirigido a lograr la liberación de los 170 presos políticos, una situación que ha generado opiniones encontradas, apoyo y rechazo en la oposición.

La represión del régimen, calificada como propia de crímenes de lesa humanidad por organismos de derechos humanos, causó 355 asesinatos, más de 2.000 heridos y centenares de presos políticos sometidos a vejámenes y torturas, entre ellas el abuso sexual con armas de guerra.

Los presos de conciencia se encuentran en condiciones inhumanas. Las familias han denunciado que son sometidos a constantes interrogatorios, torturas, aislamiento, mala alimentación y falta de acceso a un debido proceso. 14 de ellos son personas de la tercera edad que enfrentan problemas críticos de salud agravados por el estrés y requieren de atención especializada.

La libertad de los presos políticos es un asunto de humanidad. Pero para Ortega los reos, a quienes antes ha llamado incluso «hijos de perra del imperio yanqui», no son más que una ficha de canje. «Son monedas de cambio. Podría liberarlos si logra, por ejemplo, que le quiten las sanciones internacionales, que no le apliquen la ley Renacer, que no le le bloqueen fondos económicos multilaterales. Pero el mismo ha llevado esto a una cerrada confrontación”, dijo recientemente a La Gaceta de la Iberosfera el exembajador de Nicaragua en Alemania y Suiza, José Dávila.

La mayoría de los reos está en las mazmorras del régimen desde 2018, tras el estallido social de aquel año. En una segunda ola de arrestos que inició en mayo de 2021 47 opositores fueron encarcelados, entre ellos los siete aspirantes presidenciales. «Apelamos a los gobernantes y a las fuerzas vivas de la nación, así como a nuestra Iglesia para que encabecen y apoyen un proceso de unificación ciudadana dispuestos a construir puentes; dispuestos a escucharnos los unos a los otros para así comenzar a desarmar la desconfianza mutua que por siglos nos ha dividido», expresa la petición de familiares de presos políticos.

«Llanamente hacemos nuestro llamado a esta tarea constructiva por amor profundo a nuestros presos, pero que no quepa la menor duda de que también nos mueve un serio compromiso con la patria, para la cual deseamos más esperanza y menos angustia en todas sus esferas – espiritual, económica, cívica, social, y política”, subraya el documento.

El diario La Prensa publicó en su sitio web -un día después de que los familiares solicitaran el diálogo- que el régimen sandinista habría retirado los cargos de «lavado de dinero» contra los líderes COSEP Michael Healy y Álvaro Vargas, una medida que también incluiría al expresidente de esa organización José Adán Aguerri, acusado de “traición a la patria”. La disposición estaría encaminada a crear “condiciones” para la mesa del diálogo anunciada por el régimen.

El gran capital es quien decide

Un exfuncionario del COSEP, que pidió resguardar su nombre por razones de seguridad, explicó que el organismo no es el mismo de los años 80, cuando se enfrentó al primer régimen sandinista que reprimía, confiscaba e instauraba el socialismo con el apoyo de la dictadura de Cuba. Aseguró que los representantes de las 25 cámaras del Cosep son funcionarios de nivel medio.

«La gente le da un valor al COSEP que realmente hoy no lo tiene, lo tuvo José Adán Aguerri porque tenía una relación muy buena con el gran capital, pero a partir de que inició la crisis [en 2018] el gran capital busco cuál era su mejor posición y hubo una separación», afirmó para añadir que unos quieren diálogo, mientras otros lo rechazan de plano.

«La parte que quiere diálogo es la de Carlos Pellas y de Ramiro Ortiz, [los dos hombres más ricos de Nicaragua]. Ellos se comunican de tú a tú con el gobierno. El COSEP es una super mampara [fachada]. El sector privado es el gran capital, las 14 familias de dinero de Nicaragua, ellos son los que dictan las cosas que se van hacer”, afirmó.

«El papel de Zamora es el que tenía José Adán y Mike, la función de un director ejecutivo. José Adán, Mike ni Zamora tienen empresa, al final ellos tienen la función de un poder ejecutivo, casi de vocero del gran capital. Zamora tiene buenas relaciones con quien le interesa, es amigo del diablo y de Dios, de acuerdo a conveniencia”, arguye el entrevistado.  

Del mismo modo, cree que Ortega va a terminar estableciendo su diálogo “porque los intereses del gran capital y de un empresario es hacer negocios y tener ganancias, y mientras sigan obteniendo el retorno de su inversión las cosas van a seguir como están. Va a haber un momento en el que la gente va a salir porque quiere algo mejor y porque no aguanta, pero mientras tengan trabajo o ingresos se van a quedar ahí”, puntualiza.

Más apoyo

La Alianza Cívica reiteró que sus principales demandas “son la liberación de todos los presos políticos, el cese de la represión, la revocación de las leyes que restringen los derechos fundamentales de los nicaragüenses, el retorno de los organismos internacionales de derechos humanos y la realización de unas elecciones libres previo reformas electorales que permitan la transición hacia una Nicaragua con justicia y democracia».

“Lo que estamos presenciando aparenta ser un amarre en el que [el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis] Almagro está involucrado porque tenía un plazo hasta mediados de enero para emitir un informe, debido a la ilegitimidad de Ortega por el resultado de las elecciones”, afirmó el analista Luciano Montti, que considera que los presos políticos están en la primera línea de ataque del régimen. Del informe de la OEA nada se conoce al finalizar enero.

“El Cosep, Almagro y Ortega quieren dar un baño de legitimidad montando un posible diálogo. No me cabe dudas que hay gente haciendo Lobby en Washington para detener las sanciones, y recibir la promesa del gobierno de Estados Unidos que un mal arreglo basta para encarrilar la situación del régimen de Ortega”, refiere Montti.

El Gobierno de Estados Unidos se pronunció a favor de apoyar un acuerdo para buscar una salida al contexto de la crisis sociopolítica que atraviesa Nicaragua.

Montti no cree en el diálogo con Ortega tras dos intentos fallidos. «Es un asunto complicado porque si bien Estados Unidos se ha mostrado a favor de una negociación todo pasa por enrumbar la situación institucional de Nicaragua hacia la democracia, y eso implica además de la libertad de los presos políticos una convocatoria a elecciones generales supervisadas con estándares mínimos de aceptación. Pero eso no se va a dar, así que estamos presenciando una llamarada de tusa para tratar de confundir a sectores de la opinión pública nacional e internacional para vender la idea de que se está avanzando”. 

Almagro escribió en su cuenta de Twitter una declaración de apoyo al pronunciamiento de los familiares de presos políticos, ante el fracaso de la gestión de la OEA.  

«Veo lejos que Ortega y su mujer acepten cambios democráticos y elecciones libres«, dijo Montti por su parte, pero además cree que Ortega podría ceder con la liberación de algunos presos de conciencia de sectores importantes de la vida nacional, empresarios y algunos excandidatos presidenciales, que sería según su valoración «una libertad de barro«.

Estima que el Cosep lo que está haciendo es enardecer más a la opinión pública y restar la poca legitimidad y poco prestigio que podrían tener ante otras cámaras empresariales a nivel Centroamericano e internacional, con las que tienen relaciones.  

¿Un sandinismo sin Ortega?

Hay sectores dentro del sandinismo tránsfuga que están apostando a un sandinismo sin Ortega “y ahí esta Almagro«. «Estamos viendo un juego de palabras, de comunicados, y es lamentable por los presos y sus familias que son lo que sufren en primera línea las consecuencias. No creo que esto vaya a tener una solución, por el contrario, confunde y agrava la situación”, remata Montti.

El periodista Danilo Aguirre dijo que la petición de las familias podría desembocar una nueva composición de la oposición [que está en el exilio o presa] porque “no se puede hacer oposición a control remoto». La oposición que está en el exilio no quiere ningún tipo de diálogo con Ortega.

La esposa del tirano Daniel Ortega, Rosario Murillo, anunció que la próxima semana iniciará lo que llamó un «diálogo económico«. «Son conversaciones, pláticas, diálogo sobre economía», dijo Murillo, para agregar que el encuentro ha sido bautizado: “Unidad para la prosperidad», lo que indica que las conversaciones entre la dictadura y los empresarios se realiza desde hace algunas semanas.

.
Fondo newsletter