«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Se han ensañado ya suficientemente contra la Ex Presidenta Jeanine Añez, pero van por más...

Disidentes bolivianos son hostigados por la Fiscalía del gobierno socialista de Luis Arce

La Fiscalía de Bolivia ha informado este viernes que el expresidente Jorge Quiroga tendrá que declarar a lo largo de la próxima semana. Esto luce como un pase de factura en el que se pedirá a Quiroga precisar el rol que jugó durante los acontecimientos que decantaron en la salida del poder de Evo Morales, en 2019.

El fiscal general del régimen, Juan Lanchipa, ha comunicado que además de Quiroga, el líder opositor de Unidad Nacional (UN), Samuel Doria Medina, también tendrá que acudir a la llamada de la justicia para “aclarar” su participación en dichos hechos.

El sucesor ideológico de Evo Morales, Luis Arce.

La noticia se conoce poco después de que la propia Fiscalía anunciara que el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, también tendrá que acudir el próximo 7 de octubre en calidad de denunciado, y junto a su padre, a declarar por haber liderado las protestas que se produjeron en la región que gobierna.

Por su parte, el también expresidente boliviano y ahora líder de Comunidad Ciudadana (CC), Carlos Mesa, ha mostrado su solidaridad con Camacho, asegurando que esta citación de la Fiscalía no es más que «un invento» y una «arbitrariedad total», según información del diario boliviano La Razón.

Mesa, quien ha confirmado que Camacho comparecerá ante la Fiscalía, ha insistido en que todo «forma parte de una tramoya vergonzosa», que evidencia «el cinismo» del Movimiento al Socialismo (MAS).

Los tres líderes de la oposición están llamados a declarar en el llamado caso “Golpe de Estado”, por el que la Ex Presidenta Jeanine Áñez ya está en prisión y ha sido sometido a tratos crueles, en medio de acusaciones de terrorismo, sedición y conspiración.

El 10 de noviembre de 2019, Evo Morales renunció después de haberse impuesto en unas elecciones que la Organización de Estados Americanos (OEA) al mando de Luis Almagro, calificó de fraudulentas. Dos días después, Áñez, quien entonces era Vicepresidenta del Senado, asumió la Presidencia tras reunirse con algunos sectores políticos y de la sociedad civil boliviana.

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