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CON LAS LEGISLATIVAS A POCO MÁS DE SEIS MESES

El 75% de los estadounidenses culpa del aumento de la violencia al recorte de los fondos a la Policía

Policía de EEUU. Europa Press

Parece que hubiera sido hace mil años, pero apenas ha pasado uno completo desde aquellas marchas pidiendo que se dejara de financiar a la Policía, y todos los políticos que se comprometieron a hacerlo tras la manipulada muerte de George Floyd a manos de un agente. Y la medida tuvo inmediatas consecuencias: una ola de delincuencia violenta por toda la Unión.

Así, al menos, lo reconoce una nutrida mayoría de ciudadanos en Estados Unidos. Aproximadamente el 75% de los votantes cree que haber reducido la financiación de los departamentos de Policía es uno de los factores relevantes que explican el aumento de los delitos violentos en Estados Unidos, según una nueva encuesta de Morning Consult/Politico .

La encuesta, realizada el 5 y 6 de febrero con 2005 votantes registrados y un margen de error de ±2 puntos porcentuales, encontró que casi la mitad, el 49 por ciento, piensa que quitar fondos a los departamentos de Policía es una «razón importante» del aumento de la violencia callejera, mientras que el 26% opina que es, al menos, una razón secundaria, y solo una cuarta parte piensa que los recortes no han contribuido en absoluto al aumento de los delitos violentos.

Hace un año era la política a la que todos los demócratas querían apuntarse. ‘Defund the Police!’ era la consigna tras la que corrían alcaldes y gobernadores progresistas para aprovechar el sentimiento de indignación contra la brutalidad policial, inducido e hinchado por las protestas financiadas por la Open Society de Soros. Pero cambiar agentes armados por organizadores comunitarios no ha traído exactamente el reino de paz y amor que prometían, precisamente, y la alarmante explosión de delitos violentos ha llevado a la mayoría de los políticos a distanciarse de esa locura transitoria.

La medida, como revelaron en seguida las encuestas, no solo eran enormemente impopulares, sino que lo eran especialmente en los barrios deprimidos y en aquellas zonas mayoritariamente habitadas por las mismas minorías que se trataba de halagar. Y las legislativas están a la vuelta de las esquina.

Así que, casi de la noche a la mañana, los demócratas han pasado de denunciar la brutalidad policial a abrazar a los chicos de azul, y otro tanto ha hecho hecho su brazo propagandístico, es decir, los grandes medios de comunicación.

Ya nadie quiere acordarse de aquellos cercanos días en los que tantos políticos, en vísperas de las presidenciales, aplaudían las violentas marchas de Black Lives Matter y que, cuando esta organización y otras de extrema izquierda exigieron que se retirasen los fondos a los departamentos de Policía en los Estados Unidos, varios alcaldes demócratas de grandes ciudades cedieron a sus demandas. Fueron los mismos que permitieron a los manifestantes tomar por asalto y quemar comisarías como una comprensible forma de «ajuste de cuentas racial», y los alcaldes recortaron los presupuestos por millones, a menudo reduciendo la plantilla de agentes.

A este disparate se sumó otro no menor, la reforma de la fianzas que llevaron a cabo fiscales cuyas carreras había financiado alguna de las terminales de Soros y que ha permitido a peligrosos delincuentes salir a la calle inmediatamente después de ser detenidos.

Como solución, el 69% de los encuestados cree que aumentar los fondos para los departamentos de policía reducirá la tasa de delitos violentos «mucho» o «algo». Solo el 22% no cree que la financiación reduzca el crimen y el 10% no sabe/no contesta.  

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