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Se trata de un "cuestionario inédito"

El delirante formulario sobre identidad de género que ofrece el Gobierno argentino a sus diplomáticos

El presidente de Argentina, Alberto Fernández y el Ministro de Relaciones Exteriores argentino, Felipe Solá. Europa Press

Con la intención de saber si se sienten hombre, mujer, transexual o de otra condición, el ministerio de Relaciones Exteriores argentino que comanda Felipe Solá difundió un documento dirigido a todas sus dependencias y embajadas en el extranjero con la excusa de actualizar la información a todo su personal.

Se trata de un «inédito cuestionario» que en las últimas horas envió la Cancillería a todas sus oficinas obligando a responder a todos sus diplomáticos y empleados administrativos para que completen sus datos, incluida la identidad de género.

Es una declaración jurada obligatoria destinada a la actualización de los datos del personal del servicio exterior que no sólo apunta a recopilar nombres, domicilios y contactos, sino que también interroga sobre la vacunación contra el covid.-19 -cantidad de dosis recibida y laboratorio- y la modalidad de trabajo bajo la cual desempeñan sus tareas a raíz de la pandemia -presencial o a distancia-.

Los datos que deben completar empleados administrativos y diplomáticos de carrera tienen un apartado destinado a consignar la identidad de género. En ese mismo lugar, se debe registrar también, “una o varias” de las nueve “identidades de género” listadas bajo los lineamientos del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, que actualmente dirige la funcionaria Elizabeth Gómez Alcorta.

La comunicación, recientemente emitida, fue dada a conocer vía mail por la Dirección General de Recursos Humanos y es allí donde se aclara que “dicho relevamiento es de carácter obligatorio para todo el personal (Autoridades Superiores, SINEP, SEN y con contrato: Resolución Nº 48/02, Decreto Nº 1109/17, Decreto Nº 215/91 y PNUD)”.

Según el Ministerio de Relaciones Exteriores, las identidades de género listadas fueron nueve en total. Además de “Varón” y “Mujer”, en el formulario figuran:

“Mujer Trans”, persona “cuya identidad y expresión de género es femenina y cuya atribución sociocultural precedente de género es masculina”.

“Travesti”, definido como una “persona que asume la identidad o expresión de género femenina y cuya asignación sociocultural previa del género es masculina”. El formulario también aclara: “Esta categoría recupera las experiencias y trayectorias políticas locales y de la región latinoamericana que reivindican el carácter disidente frente al binarismo sexo-género (diferencia sexual). En su origen, la categoría travesti es descrita desde el teatro, y prontamente es adoptada por políticas de Estado criminalizantes”.

Al referirse a las personas “Transexuales”, expresa textualmente: quienes tienen una “identidad y/o expresión de género que difiere de la asignación cultural del género que recibió al nacimiento”. “Inicialmente tuvo una impronta biomédica para referir a quien recurrían o se les imponían intervenciones quirúrgicas y/o la realización de tratamiento hormonales”.

Por “Transgénero” entiende a las “persona cuya identidad de género describe modos de existencia, expresiones de género distintos al género asignado con anterioridad al desarrollo subjetivo de la persona”.

Por su parte, “Varón Trans” es definido como una “persona cuya identidad de género es masculina y cuya asignación cultural precedente del género es femenina” y “la persona se encuentra representada en ambas posiciones (varón y trans)”.

En la opción “No Binarie” (utilizando la expresión en lenguaje inclusivo) define a quienes “no se encuentra representada por las mismas posiciones binarias de expresión de la identidad de género y expresión de género (varón o mujer) y resalta su inconformidad tanto con ellas, así como con el sistema binario de asignación del género”; como “Género Fluido” a quienes se “encuentran en más o de una posición respecto a la identidad de género y la expresión de género o fluctúa entre ellas”.

En la última de las opciones se incluyen “ninguna de las anteriores” y “prefiero no responder”. 

Bajo el impulso del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, las oficinas del Gobierno argentino han logrado imponer que todos sus empleados «hablen y escriban en modo inclusivo», es decir, todo con «e».

Sumada a esta influencia oficialista, desde la Cancillería argentina se apresuraron en imponer que «todo el personal del organismo deberá descargar el nuevo formulario, completarlo, firmarlo y remitir una copia escaneada».

La cuestionada iniciativa, que según el Canciller Felipe Solá se trata de una decisión de Recursos Humanos, es obligatoria y «se debe firmar». De hecho, se llama Declaración Jurada Obligatoria de Actualización de Datos.

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