El ministro de Sanidad de Francia, Olivier Véran, ha apuntado al verano como posible fecha para el fin de la obligatoriedad del uso de mascarillas en espacios abiertos, si bien ha instado a no bajar la guardia y a «no relajarse demasiado rápido».
Véran ha afirmado que los contagios de coronavirus parecen algo más controlados, pero ha abogado por no apurar los plazos de una desescalada que dio el lunes sus primeros pasos, con el fin del límite de 10 kilómetros a la movilidad y la reanudación de las clases en centros de enseñanza secundaria y superior.
Francia, que acumula más de 5,6 millones de casos y 105.000 fallecidos desde el inicio de la emergencia, observa de cerca la evolución de la vacunación, una campaña de la que, como ha reconocido el propio Véran, depende la perspectiva a medio plazo.
El ministro ha subrayado en declaraciones a Europe 1 que la vacunación protege aparentemente contra las formas más graves de coronavirus y que, una vez se haya inmunizado a una parte importante de la población, se puede plantear «bajar la guardia«.
En este sentido, y aunque ha señalado que «no se puede dar una fecha» a día de hoy, ha avanzado que el Gobierno levantará «de inmediato» las medidas de las que se pueda ir prescindiendo, incluido el uso de la mascarilla. «Espero sinceramente que sea este verano», ha añadido.
El titular de Salud ha apelado a las tesis de «cada vez más especialistas» que apuntan a que las tasas de contagio en el exterior serían «muy bajas», de «entre el 0,5 y el 5 por ciento» de los casos. Entre los criterios que podrían plantearse en este nuevo escenario podrían estar la distancia, la duración de la exposición a otra persona y la intensidad de esta exposición.