«Si queremos vivir en seguridad y paz en Hungría durante los próximos cuatro años, todo el sentido común está a favor de Fidesz». Ésta es la declaración es László Kövér, presidente de la Asamblea Nacional de Hungría (Fidesz).
Los húngaros están llamados el próximo 3 de abril a las urnas, en unos comicios parlamentarios en los que el partido liderado por Viktor Orbán, que defiende la soberanía, la identidad, la libertad y la seguridad de los húngaros, sigue siendo claro favorito.
El partido Orbán defiende la política de familia y cristiana como única solución frente a la crisis demográfica y reitera que para preservar la unidad de la Unión Europea las competencias en materia de inmigración deben ser devueltas a los Estados miembros.
Según la última encuesta de IDEA, el apoyo a Fidesz alcanza el 50 por ciento, mientras que el de la alianza opositora (entre comunistas, nazis y liberales) es del 43 por ciento, siete puntos menos.
La misma línea sigue la encuesta de Nézőpont realizada entre el 16 y el 21 de marzo, que señala que casi la mitad (el 49 por ciento) de los votantes activos votará a Fidesz y el 41 por ciento lo hará por la coalición izquierdista.
Otro reciente sondeo, de la fundación Századvég, amplía las opciones de Orbán y señala que dos tercios de los húngaros -el 66 por ciento- cree que es el líder más fuerte para el mantenimiento de la seguridad de Hungría, en contraste con el 25 por ciento que agrega que se trata del opositor Márki-Zay.
Así, el 65 por ciento de los encuestados cree que el actual primer ministro es el mejor líder para proteger la economía y evitar el aumento de precios, y solo el 27 por ciento cree que es más adecuado el candidato de la coalición opositora.
