La tiranía de Daniel Ortega en Nicaragua ha liberado este martes a más de 1.000 presos comunes, según información oficial. Por lo que, con esta decisión, habrían sido excarcelados cerca de 4.000 convictos en 2021.
Sin embargo, hasta ahora los datos dados a conocer públicamente no indican que ninguno de los excarcelados sean presos políticos de la dictadura sandinista. Los detenidos por razones políticas que podrían pasar la navidad tras las rejas se cifran en torno a 160.
«Con este paso a la convivencia familiar de más de 1.000 familias, el día de hoy (…) Mañana vamos a dar los datos precisos porque no los tengo aquí en este momento», ha dicho este martes la vicepresidenta del régimen, Rosario Murillo, en un comunicado, según reportan medios de comunicación del sandinismo.
Paradójicamente la medida implica «una nueva oportunidad para enderezar el camino», y ha sido justificada por la dictadura en base a las fechas navideñas, que representan «alegría y felicidad» para los ciudadanos de Nicaragua.
El régimen de Ortega no ha dado datos sobre los presos políticos que permanecen en las cárceles del país. Los familiares de los mismos han denunciado en días recientes malos tratos y torturas, según recoge el diario ‘La Prensa’.
En noviembre, la Corte Interamericana de Derechos Humanos acusó a la dictadura de Nicaragua de desacato por no cumplir las medidas adoptadas por el organismo respecto a la liberación de más de 20 presos políticos.
El ente defendió que las posiciones adoptadas por Ortega y Murillo constituyen un acto de desacato a la obligatoriedad de las decisiones dictadas por el organismo, a la par que va en contra del principio internacional de acatar sus obligaciones convencionales de buena fe, recogió el diario local ‘La Prensa’.
