«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
El régimen pretende usarlos como fichas de cambio en un eventual 'diálogo'

Más de 160 opositores nicaragüenses pasarán la Navidad en la cárcel: Ortega les cataloga como ‘terroristas’

Facebook elimina cuentas falsas creadas por el régimen de Daniel Ortega
El tirano nicaragüense Daniel Ortega. 19 Digital

A pocos días de la Navidad las familias de los presos políticos continúan clamando por la libertad de sus parientes ante los oídos sordos del dictador sandinista Daniel Ortega, que anunció que no liberará a los reos de conciencia, a quienes sigue acusando de «delincuentes» y llamándolos «terroristas».

Más de 160 presos políticos permanecen en las mazmorras del régimen por demandar el restablecimiento de la democracia en Nicaragua. Las organizaciones pro liberación de los presos políticos continúan la campaña «Navidad en libertad», hasta ahora sin resultados. Ortega se muestra indolente.

Esta Navidad será la cuarta que Jaime Navarrete pasará en prisión, en una celda de aislamiento. Navarrete es uno de los presos políticos más antiguos en el contexto de las protestas de abril de 2018.

Su madre, Margine Blandón, dijo que su hijo tiene tres años y cinco meses secuestrado en la cárcel. Navarrete tiene una fractura en la nariz producto de las golpizas sufridas a manos de funcionarios del régimen, que le dificulta respirar con normalidad.

“Sigue sin recibir atención médica por el tabique nasal fracturado y permanece en aislamiento en una celda de máxima seguridad. La 300”, dice su madre.

Blandón se refiere a la temible galería conocida como «La 300», destinada por el Sistema Penitenciario para los presos de mayor «peligrosidad», en el penal de Tipitapa Jorge Navarro. El régimen ha ubicado en áreas destinadas para peligrosos delincuentes a los presos de conciencia que demandan democracia y libertad.

La madre de Jaime le pide a Ortega la inmediata libertad de hijo y de todos los presos políticos que están injustamente encarcelados, para que puedan pasar la navidad junto a sus seres queridos.

Pero el dictador sandinista, que participó en la XX Cumbre del Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) realizada en Cuba -el bloque que reúne a las dictaduras de la región y gobiernos de extrema izquierda-, sigue ignorando la petición de los familiares de los presos políticos.

Ortega rechazó las demandas de la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos (OEA) que exigen la liberación de los reos de conciencia, al afirmar que serán juzgados por la Fiscalía y el Poder Judicial, que él controla.

“Tenemos presos a los terroristas, a los que financiaban el terrorismo y querían financiar nuevas actividades terroristas, lavando dinero. Dinero enviado por los organismos de los Estados Unidos con el cuento que financiaban ONG. Todo eso está descubierto, hay un expediente que lo presentara en su momento la Fiscalía, el Poder Judicial. Todos esos expedientes. Millones de dólares que los deberían colocar los Estados Unidos para ayudarles a los pueblos, para ayudarles a las economías más frágiles que tenemos en nuestra región”, expresó esta semana el dictador Ortega, durante la cumbre del Alba.

Amenaza a los obispos

Ortega amenazó una vez más a obispos y sacerdotes de la Iglesia Católica, a quienes acusa de promover actos de “terrorismo en nombre de Dios”.

“Curas y obispos celebrando crímenes horrendos. Curas grabados ahí cuando le aconsejaban a los terroristas que los cadáveres de algunos compañeros los fueran a lanzar a un excusado en nombre de Dios”, expresó el tirano sin mostrar evidencias de sus acusaciones.

La Conferencia Episcopal sirvió de mediadora durante los dos fallidos diálogos entre la dictadura y la oposición tras las protestas de abril. La iglesia ha permanecido al lado de las víctimas de la represión y las demandas del pueblo, lo que le ha valido amenazas de muerte y de encarcelamientos a obispos y sacerdotes.

No es la primera vez Ortega lanza mensajes de odio en contra de los obispos, a quienes ha llamado “hijos del demonio”, palabras que ha ratificado su esposa y vicepresidente Nicaragua, Rosario Murillo.

Murillo, en una actitud opuesta a los hechos, acusa a los obispos de apoyar «crímenes de lesa humanidad», pese a que el régimen ordenó disparar contra civiles durante la represión a las protestas y mantiene el control del Ejército, la Policía y grupos paramilitares, y es señalado de crímenes de lesa humanidad por organismos nacionales e internacionales de derechos humanos.

Todo ello debido a la brutal represión que dejó 355 muertos, más de 2.000 heridos, más de 100 mil exiliados y centenares de encarcelados que han sido sometidos a crueles torturas, de acuerdo con el último informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

«El discurso de Ortega contra los presos políticos es precisamente porque busca un acuerdo. Los presos políticos son las fichas de cambio ya con sus acciones elevadas. Si no fuera así, entonces él tendría no solo que soltar a los presos, sino que ceder en otros aspectos. De modo que negar rotundamente la posibilidad de salida de los presos políticos los coloca en el centro de interés [nacional e internacional], como en efecto deben serlo”, afirmó un analista político que habló en condición de anonimato para evitar represalias de la dictadura.

El analista cree que Ortega se fabricará su propio diálogo y podría liberar a algunos presos políticos a «petición» de los “opositores de papel”, con el propósito de vender una imagen de benevolencia ante el mundo.

A otros les cambiará el régimen de cárcel por arresto domiciliar. A cambio exigirá su reconocimiento y legitimidad que no pasará de ser interna de parte de quienes vayan a esa mesa negra sin condiciones con Ortega”, apuntó.

El analista sostiene que cualquier entendimiento o diálogo con el régimen es rechazado cada vez más por los nicaragüenses «con excepción de los familiares de los reos que por toda lógica darían lo que sea por verlos libres».

.
Fondo newsletter