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Se opone a activar la cláusula democrática del acuerdo suscrito con el país centroamericano

Borrell elude catalogar la tiranía de Ortega como de ‘izquierdas’ y se muestra reacio a un enfoque más duro desde la UE hacia Nicaragua

Josep Borrell, Alto Representante de Asuntos Exteriores de la UE. EUROPA PRESS

El Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, ha cargado contra el tirano de Nicaragua, Daniel Ortega, comparándole con el antiguo dictador del país centroamericano, Anastacio Somoza. Sin embargo, el socialista español ha evitado en todo momento decir que Ortega procede con arreglo a las formas del Foro de Sao Paulo y la izquierda apuntalada desde allí.

En un debate en el Parlamento Europeo sobre la crisis en el país centroamericano, el jefe de la diplomacia europea ha asegurado que le genera «tristeza» ver como el que en su día fue un «luchador por la libertad de su pueblo», en referencia al pasado guerrillero de Ortega, «se ha convertido en un dictador como el que era Anastasio Somoza».

«Ortega no es un señor de izquierdas, no es una dictadura de izquierdas, simplemente es una dictadura. No tiene ninguna clase de ideología y solo le mueve mantenerse en el poder», ha asegurado Borrell en un momento del debate.

El Alto Representante ha pedido «llamar a las cosas por su nombre», «como si por el hecho de ser de izquierdas fuera más reprobable». «Las dictaduras son dictaduras», ha subrayado y ha exigido a los eurodiputados «no enmascarar la realidad» por motivación política.

El responsable de Exteriores de la UE se ha expresado en estos términos en una discusión en el que la gran mayoría de intervinientes ha reclamado a los Veintisiete redoblar su acción contra la deriva de Ortega y activar la cláusula democrática del acuerdo de asociación con Nicaragua.

Borrell ha explicado que la UE hace todo lo que tiene en su mano y se encuentra estudiando nuevas sanciones. Ha defendido los pasos dados hasta ahora con restricciones contra 14 dirigentes del régimen de Ortega, incluyendo a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.

A su juicio, Managua no se inmutaría si la UE suspendiese las relaciones comerciales porque las exportaciones europeas representan solo el 9% del total y son solo 300 millones de euros. Sobre la posibilidad de activar la cláusula política ha dicho que esto no es posible porque Bélgica no ha completado la ratificación del acuerdo, apuntando a que son las inconveniencias de aprobar medidas por unanimidad.

Borrell se ha opuesto a cancelar la ayuda humanitaria a Nicaragua alegando que el grueso se canaliza a través de organizaciones no gubernamentales y se destinan a actividades como la protección medioambiental o la defensa de minorías, de tal forma que evitan ser «instrumentalizadas» por el régimen de Ortega.

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