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MÁS DE 5,8 MILLONES DE SALVADOREÑOS ESTÁN LLAMADOS A LAS URNAS

El Salvador: entre el ‘caudillismo’ de Bukele y el declive de los partidos tradicionales

Nayib Bukele, Presidente de El Salvador.

Más de 5,8 millones de salvadoreños están llamados a las urnas este domingo en unas elecciones legislativas decisivas que medirán el poder del populista con cariz dictatorial Nayib Bukele, que ascendió gracias a años de negligencia, mala gestión y corrupción bajo los gobiernos de los partidos tradicionales.

Bukele, joven, 39 años, y popular, sus índices de aprobación están por encima del 85%, rompió el dominio de los partidos tradicionales al ganar la presidencia en 2019. Su manera de hacer política, cercana al caudillismo, generó que el diputado Ricardo Velásquez Parker, del partido político Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), presentara una iniciativa ante la Asamblea Nacional para declarar su incapacidad mental.

Un ascenso motivado por el descontento con la política tradicional

Esta elección se enmarca en algo diferente en los últimos 30 años en El Salvador: el declive de los partidos tradicionales. La política salvadoreña había estado dominada por el partido de derecha ARENA y por el de izquierda Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

De 1989 a 2009 (cuatro periodos) gobernó ARENA con un modelo económico que se aproximaba a tintes liberales, con cercanía hacia Estados Unidos y con mucho apoyo del sector privado, pero no logró sentar bases sociales suficientes para abandonar la pobreza en el país. Ante su desgaste, en 2009 ganó la izquierda siguiendo el guion de Latinoamérica. Venció la conocida marea rosa con un discurso de ruptura con el pasado de la derecha, pero se vio involucrado en grandes escándalos de corrupción. Gobernó durante dos mandatos, pero no consiguió cambios sustanciales. En este momento, El Salvador se enfrentó a un periodo de desencantó con la política tradicional abriendo paso a un liderazgo caudillista como el de Bukele, que provenía de la izquierda pero se hizo expulsar para vender la idea de «mártir de la política tradicional» y construir sobre eso una plataforma personalista.

En las elecciones presidenciales de 2019, Bukele participó con el partido Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) y resultó elegido presidente de la República al obtener mayoría absoluta sin necesidad de una segunda vuelta.​

Los sondeos apuntan a la victoria del partido del presidente

Según los sondeos, las legislativas las ganará el nuevo partido Nuevas Ideas (NI) de Bukele, en la primera vez que se presenta a unos comicios.

Le siguen ARENA (derecha) y el FMLN (izquierda), que muy probablemente van a dejar de ser las fuerzas mayoritarias. También partidos más pequeños que tradicionalmente son bisagras y movimientos ciudadanos como Nuestro Tiempo y Vamos, de centro, con discursos anticorrupción e institucionalidad y que tienen su mayor apoyo en clases medias pero no serán mayoritarios.

¿Cuántos diputados se eligen?

Se eligen 84 diputados en una sola Cámara y para lograr la mayoría absoluta se necesitan 43 diputados, que permiten al presidente aprobar leyes y gobernar. Pero para lograr aprobar préstamos, El Salvador está en una difícil crisis fiscal, para nombrar magistrados de Corte Suprema de Justicia, Fiscal General, etc, se necesita una mayoría cualificada de 56 escaños, a lo que aspira Bukele.

Bukele está diciendo que logrará entre 55 y 60 escaños, pero el sistema electoral del país está diseñado para prevenir grandes mayorías. Ricardo Avelar, periodista de ‘El diario de hoy’, señala en declaraciones a La Gaceta de la Iberosfera que «le parece muy difícil que lo pueda lograr». Eso sí, afirma que es prácticamente seguro que Nuevas Ideas (NI) y el partido GANA, leal a Bukele, logren llegar a la mayoría simple de 43 escaños.

Un autoritarismo intensificado en los últimos 18 meses

Luis Mario Rodríguez, director de Estudios Políticos de Fusades, denuncia que en la campaña no ha habido neutralidad institucional y se han destinado recursos del Estado para favorecer al oficialismo y a la propaganda del presidente. Y NI apela al voto por «las ideas de Nayib», prácticamente sin propuestas.

En una conversación con la Fundación Disenso, recuerda que en el último año y medio Bukele demostró su autoritarismo. Hasta la revista británica The Economist afirmó que iba camino de convertirse en el primer dictador millennial.

En la pandemia, por ejemplo, incumplió sentencias judiciales y no usó de manera transparente los fondos públicos. Así, desobedeció varios fallos de la Corte Suprema que le pedían respetar los derechos humanos en las reglas de la cuarentena.  

En febrero de 2020, asedió la Asamblea Legislativa con militares después de que rechazaran un préstamo preconcedido por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).

En este sentido, censura que la narrativa de Bukele es que «si no gana el oficialismo, habrá fraude, y si gana el oficialismo, todo es legítimo», aunque afirma que no hay riesgo de un régimen de partido único porque el sistema electoral privilegia el pluralismo político.

Avelar, por su parte, asevera que Bukele pretende decirle a la gente «yo soy la encarnación del pueblo, un caudillismo que Latinoamérica ha visto en muchas ocasiones».

Los comicios contarán con observadores de la OEA

Los comicios contarán con la observación de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que ya formalizó con el Gobierno de El Salvador el envío de una misión. El Secretario General de la entidad, Luis Almagro, designó como Jefa de la Misión a la exgobernadora de la provincia de Buenos Aires, Maria Eugenia Vidal.

Se tratará de la 16º misión de observación de la organización en el país centroamericano, lo que para Almagro «refleja, por un lado, la voluntad de El Salvador por tener mejores elecciones» y «por otro» el compromiso de la organización que dirige «con el fortalecimiento de la institucionalidad democrática en el país y en las Américas».

«Para el Gobierno del Presidente Nayib Bukele la celebración de elecciones libres, justas, transparentes, que cuenten con observación internacional, independiente y creíble son elementos indispensables para garantizar que la voluntad del pueblo sea respetada», ha destacó por su parte la representante interina del país centroamericano ante la OEA, Wendy Acevedo.

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