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es delictiva y carece de principios morales

El socialismo: una anomalía peligrosa y obsoleta que comparten España e Iberoamérica

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, estrecha la mano al líder castrista, Miguel Díaz-Canel.

El CIDOB, Barcelona Centre for Internationals Affairs, es un centro de estudios e investigación en Relaciones Internacionales. Publica y mantiene actualizado un listado descriptivo de los gobiernos de los 27 países de la UE y de los 11 países no miembros. En total, un listado con 38 gobiernos de Europa. 

Pues bien, de entre 38 países tan sólo dos tienen gobiernos de izquierda; España y Moldavia. Aunque Portugal nominalmente tiene un gobierno socialista, no lo consideran así ya que no practica políticas socialistas. Tan sólo dos países suponen una anomalía en la Europa actual. Teniendo en cuenta que Moldavia tiene poco más de dos millones de habitantes, el porcentaje de población en Europa que se aferra en ir contra la tendencia moderna es minúsculo.

Tras el fracaso y caída de los países y doctrinas socialistas y con la nula aportación ideológica y práctica de la fruslería socialdemócrata, la población europea ha ido abandonando a los partidos denominados de izquierdas. Pueden ustedes buscar con una lupa al Partido Socialista Italiano, al francés o al otrora poderoso SPD Alemán, por citar sólo algunos. Todos en caída libre. El socialismo lo sustituyen por el verdismo (no confundir con la protección de la  naturaleza, el LGTBIismo (no confundir con la defensa de los derechos del individuo) o por el inclusivismo (no confundir con la igualdad de oportunidades). 

Confieso mi total incompetencia para hablar del caso Moldavo, que desconozco. Pero sí que me pregunto si España supone una anomalía en el abandono progresivo del socialismo como ocurre en las sociedades modernas y civilizadas. No parece que la excepción se localice en la sociedad española, en nuestras gentes. Se encuentran ya muy lejos las grandes mayorías de Felipe González. La de Zapatero se produjo tras unos acontecimientos traumáticos y a partir de ahí el PSOE ha cosechado malos resultados electorales. Las últimas elecciones regionales confirman en Madrid esta tendencia de abandono de los postulados socialistas por parte de los españoles. 

Entonces… ¿cuál es la explicación? Tenemos un gobierno de izquierda fruto de otra anomalía más extemporánea, obsoleta, peligrosa y absurda dentro de Europa. Me refiero a la existencia de los nacionalismos vasco y catalán. Unos movimientos antidemocráticos, delictivos y supremacistas que condicionan el mapa electoral español. Esa es la enfermedad a erradicar. 

Lo extraño dentro de Europa no somos los españoles. Lo anómalo es la existencia de dos nacionalismos irredentos, enemigos de todo aquello que no suponga su propio poder. Los nacionalismos vasco y catalán tienen bases delictivas; el terrorismo (ETA y Terra Lliure), la negación de derechos y libertades (educación, lengua), el incumplimiento de leyes y resoluciones judiciales, la sedición, la rebelión, la malversación e incluso el 3% son la anomalía española que nos gobierna y lo hace trabajando contra nuestra Constitución. 

Es desesperante ver como en Iberoamérica una y otra vez surge un movimiento izquierdista cada vez que una nación levanta un poco el vuelo. En cuanto un país iberoamericano crece, genera riqueza, recibe inversiones, llega el socialismo a meterle la cabeza debajo del agua. Lo hemos visto en Venezuela, Argentina, Bolivia, Chile y ahora en Perú y en Colombia; donde las revueltas son un problema de alta gravedad. 

Resulta que allí también tienen su propia anomalía: el narco – business. Cuando un país es más rico combate mejor el narcotráfico; dedica más recursos, colabora mejor con la DEA, en suma, es más eficiente en la lucha contra el tráfico delictivo. El Narco es la anomalía socialista en Iberoamérica. Y sorprende que Europa no tome en consideración esta realidad. 

El narco no se puede permitir que le quiten el control, ni de forma efectiva en los países productores, ni que sirvan como ejemplo de desarrollo económico otros países no directamente productores de coca. 

Fuera de España, en Europa, no existen nacionalismos, ni narcotráfico, de ahí que tan sólo haya un país socialista. 

En ambos casos, España y América, la anomalía es delictiva y carece de principios morales por lo que les da igual todo con tal de conseguir sus objetivos; mantener el poder económico de un negocio ilegal. En un caso tratando de quebrar el ordenamiento jurídico buscando acceder a recursos económicos de toda España y en otro directamente con el narcotráfico. Con ellos no puede progresar ni la democracia, ni el derecho, ni la economía de un país. Con ellos tan sólo se mantiene el socialismo.

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