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su principal aliado en el país

El tirano Maduro unifica a la izquierda colombiana en torno al candidato del Foro de Sao Paulo Gustavo Petro

Gustavo Petro, candidato del Foro de Sao Paulo a la presidencia de Colombia. Reuters
Gustavo Petro, candidato del Foro de Sao Paulo a la presidencia de Colombia. Reuters

El pasado 13 de septiembre, la ex senadora colombiana Piedad Córdoba, ingresó a su país desde Venezuela utilizando el Puente Internacional Simón Bolívar. Todo apunta a que la política no quería dejar constancia del viaje, por lo que se negó a cumplir con el proceso de registro y control migratorio, pero… en tiempos que corren cargados de tecnología, el ingreso en silla de ruedas y con una presunta lesión en su pierna derecha fue grabada y subida a las redes sociales, por lo que no tuvo más remedio que confirmar -ella misma- de la metida de pata, aunque de sus reuniones en Miraflores nada dijo. 

Sin embargo, ya se sabe que Córdoba será candidata al Senado por el “Pacto Histórico” de Gustavo Petro. El anuncio oficial se hará el próximo 23 de septiembre, con la presencia de Evo Morales y otras personalidades internacionales cercanas a Nicolás Maduro y al Foro de Sao Paulo.

Queda pues atrás la decisión que en julio de 2020 la exsenadora hiciera públicamente al afirmar que “la política es muy rastrera. Me harta sobremanera que la política se haga insultando. Al Congreso no vuelvo ni amarrada”. Entonces informó de que había sufrido una profunda depresión: “Terminé recluida en una clínica en La Habana a finales del año pasado. Perdí el conocimiento durante 12 días y estuve 20 días hospitalizada».

En aquella oportunidad, Córdoba también condenó que las personas que la estaban asesorando se fueron para la campaña de Gustavo Petro, «o sea que estaban en la mía y estaban en la de él».

No cabe duda de que Maduro ahora ha influido y convencido a Córdoba para una nueva incursión electoral pero en la tolda de Petro, para lo cual sin duda le ofreció financiamiento, y no es la primeva vez. Ya en agosto de 2008, Córdoba admitió haber recibido aportes de la empresa Monómeros –filial de PDVSA en Colombia– que actualmente se encuentra en el ojo del huracán por las investigaciones que realiza la Superintendencia de Sociedades. Recordemos que, en ese entonces, Hugo Chávez era presidente de Venezuela y la ahora aspirante declaró que dichos aportes habían fluido para objetivos humanitarios “en una cuantía cuyo monto no estoy en condiciones de precisar”. El diario El Espectador señaló incluso, que los mismos se otorgaron por presiones del gobierno Hugo Chávez “para que los recursos del petróleo fueran a parar a dirigentes políticos, los directivos colombianos renunciaron y.… fueron reemplazados en la presidencia de la junta directiva por un connotado dirigente chavista”.

Todo claro. Maduro no solo financió las protestas vandálicas llevadas a cabo en Colombia durante el segundo trimestre de este año; no solo protege en territorio venezolano a los grupos terroristas que cometen atentados en la nación neogranadina; ahora Maduro interviene de lleno en la pre-campaña electoral, promoviendo la unificación de todas las izquierdas en torno al candidato Gustavo Petro, quien es su principal aliado para ponerle la mano a Colombia.

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