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Asoma como una desoladora opción para los argentinos

El trueque vuelve en Argentina ante la grave crisis económica y social agravada por el kirchnerismo

Bandera de Argentina. EUROPA PRESS

«Cambio trabajo por mercadería o lo que puedan darme». Este es el mensaje que se expande día a día a través de las redes sociales en toda Argentina. La inestable situación política y la grave crisis económica y social que se vive ha llegado a límites dramáticos.

El trueque se expande en redes sociales y todo se cambia por comida, vuelve a asomar como una desoladora opción para quienes no pueden pagar en el supermercado la comida de todos los días. Facebook es la plataforma donde ha empezado a proliferar el fenómeno del trueque. “Mucha gente está cambiando prendas o electrodomésticos por comida”, ha detallado el diputado bonaerense por Juntos por el Cambio y dirigente social Héctor “Toty” Flores.

Como aquel símbolo de la crisis de 2001, cuando ferias vecinales, clubes de barrio, galpones y baldíos se convirtieron en puntos de intercambio, el trueque ha vuelto a ganar terreno en Argentina. Ahora las redes sociales son el lugar donde se acuerdan transacciones que luego se concretan en algún sitio convenido o en “ferias solidarias” donde el dinero tampoco es protagonista. «Esto es muy similar a los comienzos de los clubes del trueque del 2001. La ayuda social no llega como debería llegar», ha denunciado Flores.

La gran mayoría de los clubes de trueque funcionan en el distrito más poblado de la provincia de Buenos Aires. Las localidades de Gregorio de Laferrere, González Catán, Rafael Castillo y Virrey del Pino son las que más activaron este sistema de transacción. «Trueque sin dinero solo alimentos, Laferrere Mac y Oeste, Catán, Casanova» con 38.000 miembros es uno de los más numerosos. También está el “Trueque del Km 35 al 47, solo trueque sin dinero!, que reúne a 17.000 usuarios. Y el “TruequeLaferrere”, con 5.000 integrantes.

La gente cambia cualquier cosa: ropa, cosméticos y hasta ofrece trabajo por los alimentos que no puede pagar. Los intercambios populares son comida por comida: hay personas que ofrecen cartones de leche a cambio aceite o azúcar, o aquellos que piden intercambiar yerba por fideos.

Por estas horas escribir “trueque” en el buscador de Facebook, que es la plataforma donde proliferó este fenómeno, es un ejercicio habitual y cotidiano para muchos argentinos. «Cambio trabajo por mercadería, por algo de mi interés o lo que puedan darme. Soy electricista domiciliario y me doy maña para arreglar microondas u hornitos eléctricos”, ofrece uno de los tantos trabajadores afectados por la destrucción de la economía informal argentina como muestra de la delicada situación que se vive bajo el Gobierno izquierdista.

En numerosas cuentas de Facebook donde se aplica la variante de la feria americana virtual, los precios van desde los 20 hasta los 400 pesos. «Todo se hace sin control oficial y nada se declara impositivamente. La procedencia de lo que se vende es desconocida y muchas veces se trata de productos robados», confiesa Alejandro, un usuario permanente de este tipo de transacción.

Así, el economista Juan Carlos de Pablo advierte que «el trueque puede ser visualizado como una faceta desgarradora de la realidad; prefiero verlo como una nueva manifestación de la lucha por la vida, que los seres humanos encaramos todos los días porque sabemos que, con los discursos, no pagamos los alimentos la luz y el gas».

La realidad argentina es preocupante y todos recuerdan por estos días lo dicho por el presidente Alberto Fernández en marzo de 2020: “Prefiero tener 10% más de pobres y no 100.00 muertos en Argentina, porque de la muerte no se vuelve, de la economía sí”.

En aquellos días, los datos oficiales certificaban que un 35,5% de argentinos se encontraba bajo la línea de pobreza -últimos valores de la Presidencia de Mauricio Macri y previos a la pandemia-, mientras que el último semestre de 2020, el primer año de la pandemia y de la gestión del Frente de Todos, el número aumentó al 42%, es decir, 7 puntos porcentuales más que cuando Fernández pronunció la frase.

“El Gobierno evidentemente tiene la visión de que la situación se arregla con planes sociales. Y la realidad es mucho más complicada. La inflación no da tregua y se ve principalmente en el precio de los alimentos”, reclama el dirigente social Héctor “Toty” Flores.

Mientras, el Gobierno socialista de Alberto Fernández y Cristina Kirchner rumbea a Argentina hacia Cuba y Venezuela, veinte años después.

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