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Según unos correos desclasificados por el Departamento de Estado

Funcionarios que testificaron contra Trump en el ‘impeachment’ conocían la corrupción ucraniana de los Biden

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Europa Press
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Europa Press

En medio de la crisis ucraniana que mantiene al mundo en vilo, con el fantasma de una guerra nuclear a unos pocos errores de distancia, los comentaristas tienden a olvidar un detalle no menor: la implicación de la familia Biden en jugosos y poco limpios negocios en el país eslavo.

Cuando saltó a la luz pública el escándalo del portátil extraviado del vástago de los Biden, Hunter, con su montaña de correos que le implicaba en turbios negocios basados en su influencia sobre su padre, entonces vicepresidente con Obama, Ucrania era solo una atribulada república europea en la que los estadounidenses habían entrado de hoz y coz, nada más.

Sí, el inútil de Hunter, sin experiencia previa alguna, había pasado a cobrar una pequeña fortuna de una gasística ucraniana, y el propio vicepresidente Biden presumió públicamente de haber chantajeado al gobierno de Kiev para que cesase a un fiscal que quería llevar a la empresa de marras, Burisma, a juicio por corrupción. Y, sí, todo esto es terriblemente sucio pero, en su momento, al menos, no ponía en peligro la paz mundial.

Ucrania volvió a la política nacional norteamericana a resueltas de una conversación mantenida por Trump con el presidente ucraniano, en la que sugería al mandatario que investigara la corrupción de los Biden en el país. La conversación fue grabada por uno de esos ‘colaboradores’ que se dedicaron a boicotear la presidencia del neoyorquino y se convirtió en base para un juicio de cese político (‘impeachment’) del presidente, que se prolongó incluso cuando Trump ya había salido de la Casa Blanca.

El mundo al revés: la evidente corrupción de la ‘famiglia’ Biden se dejaba pasar, atribuyendo incluso las informaciones a la famosa ‘trama rusa’, mientras Trump comparecía por haber animado al ucraniano a investigarla.

Pero acaban de ser desclasificados por el Departamento de Estado correos que indican que algunos de los funcionarios que testificaron contra Trump en el juicio por ‘impeachment’ conocían la corrupción ucraniana de los Biden, la misma que puede tener una influencia determinante y dramática en el estallido de la Tercera Guerra Mundial.

George Kent, exfuncionario de la embajada de Estados Unidos y uno de los testigos estrella en el juicio político contra Trump, envió un revelador correo el 22 de noviembre de 2016. «En mi opinión, el verdadero problema es conseguir que alguien en Washington hable discretamente con el vicepresidente Biden y le haga ver que la presencia de su hijo Hunter en el consejo de Burisma socava el mensaje anticorrupción que el vicepresidente y nosotros estamos promoviendo en Ucrania», se lee en los correos.

Kent vivió en directo las presiones de Estados Unidos para mantener a Burisma a salvo de la acción de los fiscales ucranianos, y llegó a comunicar a sus superiores que había confirmado con los fiscales ucranianos que los funcionarios de Burisma habían pagado un ‘soborno’ de 7 millones de dólares para hacer desaparecer uno de los casos contra la empresa. Supuestamente, el soborno se pagó en un momento en que Hunter Biden ocupaba un puesto en el consejo de administración de Burisma, con un coste para la empresa energética de tres millones de dólares.

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