«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu

Garzón ensalza ‘el honor y la gallardía’ del corrupto Rafael Correa, huido en Bélgica

El exjuez condenado por prevaricación español Baltasar Garzón, actual pareja de la Fiscal General del Estado y ex ministra de Justicia Dolores Delgado, ha ensalzado «el honor y la gallardía» del expresidente ecuatoriano Rafael Correa (huido en Bélgica de la Justicia y sobre el que pende una condena de ocho años de prisión dictadas por la Corte Nacional de Justicia ecuatoriana por corrupción en el denominado ‘Caso Sobornos’).

Este elogio de Garzón, que fue apartado de la carrera judicial en 2012 por prevaricación en la instrucción del llamado ‘caso Gürtel’, se enmarca dentro de la publicación de un artículo en el diario español El País sobre el juicio a su cliente Julian Assange, fundador de Wikileaks, asilado durante siete años en la Embajada ecuatoriana en Londres y que estos días enfrenta en Londres un juicio de extradición por los 18 cargos de espionaje presentados contra él por la Justicia estadounidense.

Para Baltasar Garzón, la actuación de Correa en este caso, dando cobijo al presunto criminal Assange, contrasta con la actuación «pusilánime» del Gobierno del presidente Lenin Moreno, del que dice que fue incapaz de resistir las presiones del Gobierno de los Estados Unidos para que expulsara al periodista australiano de la legación diplomática ecuatoriana.

Lo que el exmagistrado omite en su tribuna «en defensa de la libertad de prensa» es que el Gobierno de Lenin Moreno decidió expulsar a Julian Assange y retirarle la nacionalidad ecuatoriana después de que se constatara que el periodista australiano (sobre el que también pendían en aquel momento cargos en Suecia por presunta agresión sexual), trabajaba desde su despacho en la Embajada a favor del proceso independentista catalán, lo que ponía en peligro las relaciones diplomáticas entre Ecuador, España y resto de los socios europeos.

Lo más grave que provocó el retiro del asilo de Assange fue «la grosería, la agresividad de manchar con sus heces las paredes de la embajada del Ecuador», asegura Lenin Moreno.

La versión del presidente Lenin Moreno se aleja mucho de la idea expresada por el ex magistrado español de que Assange representa un icono de la libertad de prensa. En una entrevista con el Programa América Latina del foro político estadounidense Wilson Center, el presidente Moreno aseguró que «El señor Assange jamás escribió un artículo, lo único que hizo es trasladar lo que le decía el señor -se me fue el nombre de la persona que la traspasaba la información- haciendo mucho daño a la democracia, haciendo mucho daño a la credibilidad de un país querido como los Estados Unidos», dijo Moreno.

«Yo jamás he tenido fe en los hackers, nunca he creído en el voyeurismo político, jamás, no creo en esta forma de hacer investigación periodística», agregó el presidente Moreno, que explicó que le había advertido en varias ocasiones a Assange sobre su intervención en la política de Ecuador y otros países, pero lo más grave que provocó el retiro del asilo fue «la grosería, la agresividad de manchar con sus heces las paredes de la embajada del Ecuador, estaba manchando con sus heces (…) territorio ecuatoriano».

Al hilo de este proceso, el pasado 18 de septiembre, fuentes de la defensa de Assange aseguraron que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ofreció indultar a Julian Assange si el fundador de WikiLeaks revela la fuente que accedió ilegalmente a los correos electrónicos de la Convención Nacional Demócrata antes de las elecciones del 2016, según una comunicación enviada a una corte de Londres, informa Reuters.

Otra de las abogadas de Assange, Jennifer Robinson, aseguró que supervisó una reunión en la que el ex representante republicano Dana Rohrabacher y Charles Johnson, un asesor con fuertes vínculos con la campaña electoral de Trump, hicieron la oferta.

«La propuesta hecha por Rohrabacher pedía que el señor Assange identificara la fuente de las publicaciones antes de las elecciones del 2016 a cambio de alguna forma de indulto», dijo Robinson en una declaración como testigo ante el tribunal.

Fondo newsletter