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El Cartel de los Soles, el ejemplo más emblemático

Honduras: un paraíso del narcotráfico que ha adquirido impulso gracias al chavismo

El dictador venezolano, Nicolás Maduro. Reuters

Venezuela se convirtió, desde la llegada de Hugo Chávez , en importante país de tránsito de la droga, toda vez que se estima que casi la cuarta parte de la producción mundial de cocaína pasa por su territorio, al amparo de sus autoridades.

El arresto de los sobrinos de la pareja presidencial venezolana en Haití el 10 de noviembre de 2015 en Puerto Príncipe, Haití, Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas, corroboró lo que las autoridades estadunidenses, así como otros organismos internacionales venían advirtiendo: el rol protagónico que en las últimas dos décadas ha adquirido Venezuela en la exportación de droga hacia los Estados Unidos a través de la ruta del Caribe en la que, Honduras, tiene especial preminencia. La investigación que había llevado a cabo por meses la Administración para el Control de Drogas del Departamento de Justicia de los Estados Unidos (DEA) a los familiares de Cilia Flores y Nicolás Maduro, mostró como estos planificaban llevar 800 kilos de cocaína proveniente de Colombia —proveída por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC— a través de Honduras —el aeropuerto de Roatán sería el punto de enlace— con los narcos de México que la introducirían finalmente en EEUU.

Un esquema que se repite una y ora vez, según dejan ver decenas de informes e investigaciones de organismos e instituciones especializadas en la materia. El subsecretario de Estado para Asuntos Antinarcóticos de los Estados Unidos para la época del arresto de los Flores, William Brownfield, comentó que «Los narcotraficantes han decidido que [Venezuela] es la ruta más económica y eficiente», para que la droga llegue a territorio estadunidense, por lo que el país más septentrional de América del Sur pasó a ser la principal ruta de salida de las drogas de la nación neogranadina. «Más de la mitad del producto ilícito de Colombia pasa por el territorio de ese país vecino (Venezuela)».

El caso de los narcosobrinos era una ratificación de las afirmaciones del alto funcionario de EEUU y la DEA lo corrobora en la actualidad cuando en su informe más reciente sostiene que a través de Venezuela transita el 24 por ciento de la cocaína producida en toda el área andina con destino a Estados Unidos. Allí se indica que la producción mundial de cocaína es de 1.900 toneladas métricas, por lo que, entendiendo el dato anterior, serían unas 456 toneladas las que se mueven por territorio venezolano.

El reporte de la DEA informa acerca del incremento sostenido que, desde 2014, han experimentado los cultivos colombianos, lo que se traduce en mayor producto procesado que, aun cuando se mueve mayormente por la ruta del Pacífico como tradicionalmente ha sido, cuando se busca colocar el alcaloide en los mercados europeos, Venezuela es el paso casi obligado. Lo peor, advierte el reporte, la pandemia por el Covid-19 no ha sido problema. Puntualiza que, en el caso venezolano, el trayecto de la droga más importante es el llamado “vector del Caribe Occidental”, a saber, Honduras, Belice y México.

Lo que revelan los informes

La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) también certifica este señalamiento en su informe en la sección “Cocaína desde Suramérica a los Estados Unidos” y refiere que los envíos de droga desde Colombia han disminuido y la mayoría de los cargamentos aéreos despegan desde territorio venezolano, mientras los marítimos lo hacen cada vez más desde Ecuador, en el Pacífico, y desde Venezuela en el Atlántico. “Hasta el año 2009, una gran proporción de los vuelos estaba destinada a la República Dominicana, pero gran parte de este tráfico aéreo parece haber sido redirigido a Honduras a partir de 2007, particularmente siguiendo al golpe de estado a Zelaya en 2009.

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El reporte da a Honduras como el punto de entrada más popular para la cocaína con dirección norte hacia Guatemala, al tiempo que destaca su larga historia como país de tránsito, incluso durante las guerras civiles en los años 70 y 80. Sin embargo, advierte que después de 2006 los flujos de cocaína directos a Honduras se incrementaron significativamente luego del golpe de Estado en 2009. Refiere que los envíos por tráfico aéreo desde Colombia y Venezuela que anteriormente tenían como destino “La Española” (República Dominicana) se redirigió hacia Honduras.

Señala el informe de UNODC que el gobierno de los Estados Unidos estima que entre 65 de las 80 toneladas transportadas por aire hacia ese país aterrizan en Honduras, lo que representa el 15 por ciento del flujo de cocaína relacionado a los EEUU. Una cantidad similar llega por mar.

Explica que los vuelos salen desde la frontera de Venezuela con Colombia en dirección norte, antes de virar bruscamente para dirigirse a Honduras, entretanto los “envíos marítimos pueden descargar en Puerto Lempira o en otra área remota de Honduras, o del norte de Nicaragua, antes de volar hacia el norte en una pequeña aeronave a otras áreas costeras, islas, o a las provincias de Olancho y Colón, o incluso Guatemala. Una vez en tierra, la droga cruza la frontera tanto por puntos oficiales como clandestinos, aunque por lo general los puntos de cruce oficiales son más convenientes para las cargas más grandes”.

Honduras clave para el narcotráfico

Entretanto, el Informe sobre la estrategia internacional de fiscalización de estupefacientes del Departamento de Estado de Estados Unidos publicado en marzo de 2021, sostiene que Honduras es un país clave de tránsito de cocaína con destino a Estados Unidos y señala que, durante los primeros nueve meses de 2020, las incautaciones de cocaína excedieron las de 2019, pero aún quedan desafíos importantes para interceptar las drogas ilícitas que transitan por Honduras por tierra, aire y mar.

La evaluación que hace de la actuación de las autoridades hondureñas es un tanto positiva al establecer que “Continúa la voluntad política del gobierno hondureño de combatir el narcotráfico en coordinación con las fuerzas del orden de los Estados Unidos”, al tiempo que se hace eco de las cifras ofrecidas por las autoridades del país centroamericano que afirman que en los primeros nueve meses de 2020, se incautaron aproximadamente 2,8 toneladas métricas (TM) de cocaína, superando las 2,2 TM incautadas durante el año calendario 2019.

Agrega que “Mediante la cooperación con los Estados Unidos y otros socios internacionales, el gobierno hondureño ha establecido una infraestructura básica de justicia penal para investigar, interceptar y enjuiciar a los narcotraficantes».

Incremento del narcotráfico

InSight Crime difiere del Departamento de Estado pues afirma que el levantamiento de las restricciones fronterizas por el Covid-19 provocó un aumento del tránsito de narcóticos por Centroamérica en 2020, incluso a lo largo de rutas terrestres que habían dejado de usarse.

El reporte cita una fuente de inteligencia estadounidense en Honduras que informó que “los cierres fronterizos durante los primeros meses de la pandemia obligaron a los narcotraficantes a usar Centroamérica como estación de paso y bodega, lo que pudo provocar la mayor afluencia de drogas cuando se inició el restablecimiento gradual de la movilidad en el último trimestre del año”.

Señala InSihgt Crime que remanentes de los clanes narco de los Valle y los Cachiros se han aliado con oficiales del ejército y políticos para reabrir sus negocios y transportar cargamentos de cocaína suramericana hacia Guatemala, donde pequeños grupos de transportistas operan las rutas terrestres hacia México que habían abierto y controlado sus predecesores, dijeron los mismos funcionarios de gobierno.

Agrega que, en Honduras y Guatemala, los grupos traficantes han seguido experimentando con el cultivo de coca, para reducir costos y acortar la cadena de suministro.

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Lejos de ver las incautaciones de droga reportadas por el gobierno hondureño como un hecho positivo, advierte que solamente revelan un resurgimiento de una de las rutas de cocaína más importantes de Centroamérica, a pesar de las restricciones impuestas por la pandemia del Covid-19.

En tal sentido, refiere que, si bien las incautaciones no son un indicador ideal para medir el narcotráfico, pudieran revelar un un aumento en la cantidad de cocaína en tránsito por territorio hondureño, lo cual suponme un cambio de rumbo mayor desde 2015, “cuando el narcotráfico en el país se había reducido en 72 por ciento después de que el fortalecimiento de las labores militares y de inteligencia forzaran a los traficantes a tomar rutas alternativas. Incluso las fuerzas de seguridad proclamaron con orgullo que ya no pasaban más narcovuelos por el país».

El protagonismo venezolano

En todos estos informes es patente el protagonismo que Venezuela ha adquirido para darle fuerza a esta ruta del narcotráfico, toda vez que, de la mera permisividad de las autoridades se pasó al papel activo de estas en actividades de narcotráfico. El Cartel de los Soles es tal vez el ejemplo más emblemático de esto, así como las investigaciones y acusaciones que, en contra de altos funcionarios gubernamentales, cursan en tribunales de los Estados Unidos.

El Informe sobre la estrategia internacional de fiscalización de estupefacientes del Departamento de Estado de Estados Unidos publicado en marzo de 2021 se hace eco de los señalamientos del gobierno interino encabezado por Juan Guaidó que acusa al régimen de Nicolás Maduro de ser cómplice de grupos armados ilegales de narcotráfico, entre ellos el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y elementos disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-D). Se cataloga a la administración de Maduro como un cartel de narcotráfico que carece de control total del territorio venezolano, por lo que se corre el riesgo de que Venezuela se convierta en un “estado fallido” y un “santuario del crimen organizado”.

Sostiene el informe del departamento de Estado de EEUU que las drogas ilícitas que transitaron por Venezuela en 2020 se destinaron en gran parte al Caribe, Centroamérica, Estados Unidos, África Occidental y Europa. Una actividad que es facilitada por facciones disidentes de las FARC-D, el ELN y otros grupos criminales.

Cita el informe anual de la Junta Internacional de Control de Estupefacientes de la ONU 2020, que asegura que funcionarios del régimen venezolano participan en actividades de narcotráfico a través del Cartel de los Soles.

En tal sentido, el informe se remite a los señalamientos del Departamento de Justicia que el 26 de marzo de 2020acusó a Nicolás Maduro; al ministro de Defensa, Vladimir Padrino López; al presidente del Tribunal Supremo de Justicia; Maikel Moreno; al vicepresidente económico, Tareck El Aissami (designado en virtud de la Ley Kingpin en 2017), así como a otras once personas, de liderar al citado Cartel de los Soles.

Desde el gobierno interino se da crédito a estas afirmaciones por boca de Claudio Sandoval, embajador del gobierno de Juan Guaidó en Honduras, quien sostiene que “Centroamérica es importante, ideal para el Cartel de los Soles”. Asevera que las “mafias del narcotráfico de Venezuela, relacionadas con el régimen de Nicolás Maduro y el Cartel de los Soles, trasladan la cocaína a Honduras, Belice y Guatemala. De allí la llevan a Estados Unidos, su destino final, utilizando México”.

Si a esto se suma el rol protagónico que en Honduras han asumido figuras importantes del gobierno, tal es el caso de Juan Antonio Hernández Alvarado, excongresista condenado por narcotráfico en la Corte del Distrito Sur de Nueva York y sentenciado a pagar cadena perpetua por tales delitos, se tiene el clima perfecto para que el flagelo repunte en la nación centroamericana.

Documentos de la Corte del Distrito Sur de Nueva York sostienen que Tony Hernández forjó su imperio en el occidente hondureño, donde estableció junto a sus socios, la pax mafiosa entre Los Valle, con el exalcalde Amílcar Alexander Ardon Soriano y los operadores de ambos, permitiendo esto la consolidación de la principal ruta de las entre 150 y 300 toneladas de cocaína que se estima salen analmente por el corredor terrestre hondureño hacia Guatemala desde 2015.

A la sombra de sus hermanos, Juan Orlando Hernández (JOH) e Hilda Hernández, Tony fue creciendo en el mundo político y desde su posición privilegiada estableció pactos con los operadores locales del Partido Nacional que ya formaban parte del mundo del narcotráfico.

El juicio de Hernández Alvarado en la corte de Manhattan reveló todo el entramado en el que supuestamente tienen participación altos funcionarios gubernamentales, empezando por el propio JOH.

Este protagonismo actual tendrá sus bases en la apertura que el finado presidente venezolano, Hugo Chávez, dio a los narcotraficantes colombianos cuando en la nación neogranadina se impuso el Plan Colombia. Eran tiempos de Manuel Zelaya y a la par de la identificación ideológico, se consolidaron otros vínculos más pragmáticos.

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