«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La red social reacciona contra el 'hereje' que pone en peligro la doctrina oficial

Instagram censura a biólogos que prueban que las ‘mujeres’ trans son más fuertes que las biológicas

Logo de la red social Instagram. Reuters

El autor americano Steve Sailer llama al progresismo actual «la guerra para impedir que nos demos cuenta», es decir, un esfuerzo sobrehumano para que dejemos de creer en lo evidente, en lo que se ha sabido siempre, para aceptar dogmas que no tienen ni pies ni cabeza.

Es lo que están experimentando en redes sociales, por ejemplo, quienes respaldan con abundancia de gráficos la desproporcionada relación entre delincuencia e inmigración ilegal, o llaman la atención sobre el caso de Suecia y sus resultados durante la pandemia, o, como es el caso, se atreven a recordar nociones elementales de biología contra la ideología de género.

El último ejemplo lo da Instagram, propiedad de Facebook, que ha expulsado de su red a un biólogo por publicar desde su cuenta datos incontrovertibles, contrastables y conocidos que contradicen el absurdo en este campo concreto. Y es que el mundo ‘woke’ insiste en que «aman la ciencia», pero toda su visión se basa en la más disparatada mitología anticientífica.

Colin Wright es biólogo evolutivo y director ejecutivo de la revista conservadora Quillette, y en su cuenta de Instagram colgaba los resultados de estudios que demuestran las ventajas en fuerza que tienen los varones sobre las hembras en diversas actividades.

Hasta que, naturalmente, la red social ha reaccionado contra el hereje que estaba poniendo en peligro la doctrina oficial expulsándolos por incumplir sus normas de comunidad. ¿Cuál, exactamente? «Expresiones de odio».

El problema, si se puede llamar así, es que Wright no solo no ha expresado ‘odio’ en ningún momento; es que ni siquiera ha dado su opinión. Se ha limitado a publicar los resultados de un estudio científico revisado por pares que demuestra la ventaja masculina sobre las mujeres en determinadas disciplinas deportivas.

No es que la abrumadora mayoría de nosotros necesitemos estudios revisados por pares para saber que, de media, el hombre tiene mayor masa muscular que la mujer, igual que, una vez más, de media, es más alto. Pero estamos en una época tan ridícula -o, peor, tan totalitariamente ridícula- que la reacción a una verdad de perogrullo de este cariz es: «¿cuál es tu fuente? ¿dónde está el estudio que respalda lo que dices?». Bueno, pues Wright aporta esos datos, que una sociedad cuerda no necesita para nada. Y es automáticamente expulsado, y sus datos son calificados de ‘expresión de odio’. Malos tiempos cuando la verdad se censura por odiosa.

Este estudio en concreto -«Mujeres Transgénero en el Deporte Femenino: Perspectivas sobre la Supresión de la Testosterona y la Ventaja de Rendimiento»- mide la fuerza de las ‘mujeres’ transgénero y la compara con las mujeres-mujeres. La investigación revela que incluso con supresores hormonales, los hombres que se identifican como mujeres ven su fuerza «solo mínimamente reducida cuando se suprime la testosterona», incluso al cabo de tres años.

El estudio se publico justo antes de iniciarse los Juegos Olímpicos de Tokio de 2020 en la revista Sports Medicine y aconsejaba a los líderes de las organizaciones deportivas tener en cuenta estas ventajas innatas antes de permitir a estas «mujeres! competir.

Wright presenta los resultados de este estudio y lo complementa con unas pruebas similares realizadas en Gran Bretaña con idénticos resultados, en este caso publicadas en el British Journal of Sports Medicine.

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