El Departamento de Seguridad Nacional estadounidense ha anunciado que prepara la devolución a Haití de más de 13.000 inmigrantes que durante los últimos días se han reunido en la frontera de Texas, según detalla en un comunicado publicado este sábado.
En el escrito, el Departamento asegura que el viernes ya fueron trasladados cerca de 2.000 inmigrantes a otros puntos de procesamiento, donde se valorará su «traslado fuera de Estados Unidos» de acuerdo con las leyes y políticas estadounidenses.
Además, también ha anunciado que se aumentará la capacidad y el ritmo de vuelos de traslado de inmigrantes a Haití y a otros países del hemisferio en las próximas 72 horas.
Durante los últimos días, miles de inmigrantes haitianos se han agolpado bajo el puente que une la localidad mexicana de Ciudad Acuña con la estadounidense de Del Río, en Texas, lo que llevó al alcalde texano a declarar un estado de emergencia el viernes y a ordenar el cierre de las cabinas de peaje en el puente para evitar el tráfico.
En el comunicado, el Departamento de Defensa ha recordado que las fronteras estadounidenses «no están abiertas». «La inmigración irregular supone una amenaza significativa a la salud y el bienestar de las comunidades fronterizas y a las vidas de los propios inmigrantes, y no debería intentarse», ha detallado.
También ha asegurado que la administración Biden ha ordenado a las agencias pertinentes que trabajen junto con el Gobierno de Haití para hacer frente a la situación.
Asimismo, el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense ha indicado que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza enviará a la zona unos 400 agentes en un plazo de 24 a 48 horas con el objetivo de desmantelar el campamento improvisado en Del Río.
Dentro de la batería de medidas contempladas por la Administración de Estados Unidos para cerrar el campamento se incluye el cierre del acceso y el desvío del tráfico a Eagle Pass, así como «acelerar el ritmo y aumentar la capacidad de los vuelos de vuelta a Haití dentro de las próximas 72 horas», ha indicado el departamento en un comunicado.
La Casa Blanca ha reiterado que «nuestras fronteras no están abiertas y que la gente no debe hacer el peligroso viaje. Los individuos y las familias están sujetos a restricciones fronterizas, incluida la expulsión», ha alertado en el escrito el Departamento de Seguridad Nacional.
Por su parte, el primer ministro de Haití, Ariel Henry, se ha solidarizado con los inmigrantes en una serie de mensajes en la red social Twitter, en los que ha asegurado que se están realizando gestiones para acogerlos a su llegada al país y que «no queden atrás».
«Estamos muy preocupados por las condiciones extremadamente difíciles en las que se encuentran varios miles de nuestros compatriotas en la frontera entre Estados Unidos y México», ha escrito el mandatario.
Henry ha expresado su deseo de que el país se una en el futuro para que sus ciudadanos no tengan que soportar «estas humillaciones». Mientras tanto, ha declarado, les da a los inmigrantes la bienvenida «de vuelta a casa».