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EL OBJETIVO ES VENCER EN LOS COMICIOS DE 2021

La coalición ‘unitaria’ en Chile para evitar el asalto izquierdista a la presidencia

Desde el año 2013, la coalición de centroderecha ―en esos años llamada solo la “Alianza”, hoy conocida como Chile Vamos― celebra primarias entre los partidos que lo componen para definir un candidato único a las presidenciales. El objetivo siempre ha sido aunar fuerzas y votantes para hacer frente a la izquierda que –como es costumbre en el país del sur– iba dividida entre la centroizquierda y la ultraizquierda.

Los candidatos en aquel primer momento fueron Pablo Longueira de la Unión Demócrata Independiente (UDI) y Andrés Allamand de Renovación Nacional (RN).

En 2017 el escenario cambió. Se sumaron a las dos tiendas antes mencionadas el Partido Regionalista Independiente (PRI) y Evolución Política (Evópoli). Entre los cuatro conglomerados decidieron llevar 3 candidatos: Felipe Kast, apoyado por su partido, Evópoli; Manuel José Ossandón, independiente, ex-Rn; y Sebastián Piñera, independiente apoyado por RN, la UDI y el PRI.

Cuando Sebastián Piñera ganó esta primaria, el resto de la coalición se puso a disposición del candidato. Con esto logró imponerse para poder pasar a la segunda vuelta presidencial, dejando atrás a 5 candidatos de izquierda (de 6) y a José Antonio Kast (Partido Republicano, derecha), quién rápidamente sumó su apoyo a la candidatura de Piñera para poder hacer frente a Alejandro Guillier (independiente, centroizquierda).

Esta segunda vuelta, donde todo el espectro político desde la centroderecha hasta la derecha iba mancomunado a votar por su candidato, demostró empíricamente que la unidad del sector podía vencer, llevando a Sebastián Piñera a la primera magistratura del país por segunda vez. Una lección de unión que parecía aprendida cuando se decidió este 2021 ir nuevamente a una primaria para definir a un candidato único del sector centroderechista.

Así los nombres de los precandidatos empezaron a surgir, en parte, por la opinión pública que ha evaluado positivamente a varias figuras del Gobierno y de las gestiones municipales.

Nombres como los de Evelyn Matthei y Joaquín Lavín, alcaldes de UDI, sumaban apoyo en las encuestas rápidamente por la gestión de la pandemia en sus respectivas comunas; otros personeros de Gobierno bien evaluados aparecieron espontáneamente en las encuestas públicas como el caso de Sebastián Sichel (independiente, exministro de Desarrollo Social y Familia, y expresidente del Banco Estado de Chile), Ignacio Briones (Evópoli, exministro de Hacienda), o Mario Desbordes (Renovación Nacional, exministro de Defensa).

Con todos estos nombres en la palestra, las opciones reales de la centroderecha están no solo en aunar fuerzas, sino en escoger del listado un nombre que pueda alcanzar a nuevos votantes.

Es en esta “disputa” dentro de Chile Vamos que el precandidato presidencial Joaquín Lavín le escribe una carta pública al presidente de la Unión Demócrata Independiente, Javier Macaya, donde pone de manifiesto sus preocupaciones respecto de los candidatos de la ultraizquierda que se posicionan para avanzar a una posible segunda vuelta presidencial.

Esos nombres son Daniel Jadue (Partido Comunista) y Pamela Jiles (Partido Humanista), ambos han buscado atacar las bases de la institucionalidad, jugando un rol protagónico en Chile durante la insurrección de octubre de 2019.

Con estos adversarios al frente, Joaquín Lavín pide a la UDI que se actúe con unidad y generosidad, solicitando con ello que el partido lleve solo a un candidato a la instancia de primarias, sea Evelyn Matthei o el propio Lavín ―quien señala en la misiva que está “totalmente dispuesto a asumir ese desafío”―.

De alguna forma la carta es una respuesta a la autoproclamación de la alcaldesa Matthei de ir a las primarias de Chile Vamos, que se hizo pública días antes de la emisión de la epístola del edil.

Matthei no esperó mucho para arremeter con una respuesta en dirección contraria con la proposición de Lavín, señalando que “lo lógico es que vayamos los cinco a la primaria” ―en referencia a Desbordes, Sichel, Briones, Lavín y ella―.

Si bien la prensa ha tratado de apuntar la justificación de la alcaldesa de Providencia a un aparente “miedo” de Joaquín Lavín de participar de la instancia, lo cierto es que su argumentación va en sentido de la cantidad de personas que tomarán la decisión, pasando de cuatrocientas personas (en el Consejo General de la UDI) a más de un millón y medio en caso de pasar por las primarias, según los números de la última instancia electoral.

Por su parte, los diputados de la UDI solicitaron, a través de otra misiva al presidente de la colectividad, que se haga una elección previa a las primarias que permita la definición entre Matthei y Lavín, esto para tener posibilidades como partido de que sea el candidato democrataindependiente quien se imponga en dichos comicios.

Finalmente, queda esperar a que el partido se decida por una fórmula que permita la unidad, se sume a las primarias y –ya con un ganador definitivo– Chile Vamos se presente con un candidato único a la elección presidencial de este año buscando, por segundo período consecutivo, vencer a la ultraizquierda en la primera competencia por la magistratura del país.

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