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ACUSA A LA ORGANIZACIÓN DE 'FALTA DE RESPETO'

La ingratitud china hacia la OMS ante la investigación del origen del virus

El presidente de China, Xi Jinping. EUROPA PRESS
El presidente de China, Xi Jinping. Europa Press

Sorpresa: China se niega a cooperar con los planes de la Organización Mundial de la Salud de auditar los laboratorios de Wuhan para avanzar en la investigación sobre el origen del SARS-COV2, y ha acusado a la organización de mostrar su «falta de respeto» y una actitud «arrogante hacia la ciencia».

Cuánta ingratitud. No es solo que el director de la OMS, el genocida etíope Tedros Adhanom, fuera elección de Pekín, a pachas con el mayor financiador privado de la organización, Bill Gates; es que Adhanom ha permitido desde el principio de la pandemia que el prestigio del ente supranacional quedara a la altura del betún a base de seguir fielmente, al pie de la letra, la línea que le ha dictado en cada momento el Partido Comunista China.

Empezó contradiciendo las informaciones que le llegaban de Taiwán sobre la extensión del virus para complacer a China, negó inicialmente que el virus se transmitiera de humano a humano, avivó las disparatadas tesis del pangolín y el murciélago en el mercado húmedo de Wuhan y luego ha ido desmintiéndose a sí misma a cada paso en beneficio de los chinos.

Pero la tesis de un origen artificial del virus -de cajón para el más tonto, cuando se piensa que un patógeno nuevo surge precisamente en una ciudad con uno de los laboratorios de tratamiento de virus más avanzados del mundo- acabó siendo como tantas otras cosas en esta extraña peste, al pasar de ser una teoría censurada y ridiculizada a convertirse en la explicación prácticamente oficial.

Y la OMS no puede cruzarse de brazos ante las evidencias generalizadas. Así que la semana pasada la OMS anunció una segunda fase en la investigación que debería incluir auditorías a los centros chinos de investigación. La primera fase, si recuerdan, incluyó una ‘visita guiada’ al laboratorio de la que quedaron muy satisfechos por lo que habían querido enseñarles y que les dejó convencidísimos de que allí no había nada que ver.

El caso es que la propuesta, avanzada por el propio Adhanom, no ha complacido en absoluto a las autoridades chinas, que son de la teoría de que la curiosidad mató al gato. El ministro chino de Sanidad, Yeng Yixin, declaró hallarse “extremadamente sorprendido” por la propuesta que, en su opinión, mostraba “desprecio por el sentido común y arrogancia hacia la ciencia”.

China se ha cansado de declarar que una fuga de laboratorio hubiera sido “extremadamente improbable”, y se apuntó a la versión de que el virus podría haber escapado de Fort Detrick, en Maryland. ¿Quién no recuerda el macrobrote de Fort Detrick?

En una rueda de prensa este jueves, Yuan Zhiming, director del Laboratorio Nacional de Bioseguridad en el Instituto de Virología de Wuhan, declaró que no se había dado “ninguna fuga patógena o accidentes de infección del personal” desde que abriera el laboratorio en 2018.

Zhiming descartó los “rumores” sobre el laboratorio, insistiendo que nunca había llevado a cabo “experimentos de ganancia de función en coronavirus”. “De ninguna manera vamos a aceptar tal propuesta de estudio de trazabilidad del origen del virus”, concluyó.

Tedros, mientras, ha urgido a China a que se muestre “transparente y abierta y coopere” en la segunda fase de esta investigación improbable.

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