La Cámara de Diputados de Chile aprobó este martes, tras un maratónico debate, un juicio político contra del presidente Sebastián Piñera por su vinculación en la polémica venta de la minera Dominga en Islas Vírgenes, un paraíso fiscal, revelado en los ‘Papeles de Pandora’. Los parlamentarios lograron reunir los 78 votos que se requerían para que la acusación -que busca la destitución- avanzara hacia el Senado.
Llama la atención que la Cámara de Diputados haya tomado esta decisión faltando apenas doce días para la realización de la primera vuelta presidencial, pero no es de extrañar que la izquierda ejecute esta maniobra política por el fenómeno electoral que ocurre actualmente en Chile.
Y es que hace tres meses nadie hubiera imaginado que el candidato republicando José Antonio Kast pasaría a encabezar las encuestas de preferencia con más de cinco puntos de ventaja sobre el candidato del Foro de Sao Paulo, Gabriel Boric.
Hasta hace poco todo indicaba que ganaría Boric, seguido del candidato oficialista Sebastián Sichel. Es probable que los chilenos estén cansados de un gobierno de derecha débil frente a los desmanes de la izquierda, lo que, aunado a la posibilidad de un gobierno marxista como alternativa, termina arrastrando al electorado hacia la opción de Kast.
El republicano Kast ha llevado adelante una campaña con un estilo maduro y pedagógico, con una mensaje claro y directo: rescatar el orden y defender la Constitución. Todo frente a un Boric a quien se le nota demasiado joven y además radicalizado por la influencia del Partido Comunista en su mensaje.
No hay que olvidar que la candidata a diputada por la alianza de Boric, Florencia Lagos, declaró en la televisora oficial del régimen madurista -Venezolana de Televisión- que su deseo era transformar Chile en una nueva Cuba o una nueva Venezuela. Lagos fue agregada cultural en Cuba y participó en más de un encuentro del Foro de Sao Paulo, como informa la propia página electrónica del organismo
Así, las recientes protestas en Chile realizadas con motivo del segundo aniversario de las manifestaciones vandálicas que incendiaron el Metro de Santiago han causado en la población un efecto contrario al que buscaba la izquierda. Los chilenos ya no quieren más desórdenes y buscan un presidente que les proporcione estabilidad y progreso; de allí el crecimiento acelerado de la opción Kast.
El juicio contra de Piñera es un intento desesperado de la izquierda para desprestigiar a la derecha en general, identificando a Kast y a Sichel por igual con la corrupción, para de esta manera favorecer al candidato Boric. Porque, para ganar en segunda vuelta, Kast necesitará los votos del partido de Piñera. Se está materializando así la advertencia que hizo el pasado 31 de octubre la secretaria ejecutiva del Foro de Sao Paulo, Mónica Valente, quien se refirió a una estrategia de la izquierda internacional para derrotar a Kast en segunda vuelta. Es, por tanto, evidente que el juicio contra Piñera luce como una maniobra política interesada que podría no tener el impacto que busca el marxismo.
