Al final del año pasado el líder de la izquierda y vicepresidente segundo del gobierno de España, Pablo Iglesias sostuvo una reunión con el líder opositor de Colombia Gustavo Petro.
El objetivo de la reunión fue la petición de Gustavo Petro a Iglesias de transferir de España a Colombia los excedentes de vacunas contra el COVID-19 que tuvieran, independiente de las posiciones políticas del gobierno actual en Colombia.
Iglesias mencionó no aludió a la petición de Petro en su cuenta de Twitter, pero calificó al líder colombiano como «un protagonista clave del cambio progresista que está en marcha en América Latina.”
Por su parte, la cancillería de Colombia se pronunció aclarando varios puntos en relación con las “notas de prensa publicadas en diversos medios de comunicación y redes sociales, relacionadas con gestiones adelantadas por un miembro del Congreso de la República de Colombia ante el Gobierno del Reino de España”:En primer lugar, la gestión de las vacunas le compete exclusivamente al ministro de salud, el doctor Fernando Ruiz.
En segundo lugar, públicamente se han confirmado 40 millones de vacunas por parte del gobierno nacional en negociaciones con los laboratorios como Pfizer-BioNTech y Astra Zeneca.
En tercer lugar, la cancillería reitera que el compromiso, la solidaridad y la cooperación internacional como aspectos claves para superar el desafío que ahora enfrentamos. Desde el Ministerio de Salud y de Relaciones Exteriores se ha participado en diversos espacios bilaterales y multilaterales con el fin de facilitar acceso al tratamiento de la vacuna.
Finalmente reafirman, de acuerdo con el artículo 189 de la Constitución, que dirigir las relaciones internacionales del país le corresponden al presidente la de República, como jefe de Estado, de Gobierno y Suprema Autoridad Administrativa.
Un encuentro con propósito
La reunión se sostuvo de cara a las elecciones de Colombia en el 2022. Petro, como líder de izquierda y seguramente candidato a la presidencia del país, busca alianzas internacionales para validar a Colombia Humana, su partido político.
El ahora congresista de la República de Colombia es un exguerrillero que militaba en el M-19, grupo armado responsable de distintos crímenes, entre ellos, la histórica toma del Palacio de Justicia el 6 de noviembre de 1985.
No sorprende que se acerque al actual gobierno español, cuyos intereses confluyen en ser abiertamente chavistas y de posiciones políticas comunistas, consistentes con un enorme Estado asistencialista que propicia la planificación central de la sociedad.
Este encuentro –y los que seguramente le sucederán– son un peligro para España y América Latina. Anuncian la puesta en marcha de una agenda progresista que nada bueno podría traer a la región.
El apoyo a regímenes criminales, la colectivización de la sociedad y la toma del poder por vías democráticas y no por la fuerza, son puntos claves en la agenda que pueden constituir la receta perfecta para perpetuar el fracaso y la miseria de un país.
No es gratis la frase “Ojo con el 2022” que acuña el expresidente Álvaro Uribe Vélez.
Es imposible subestimar los ocho millones de votos que obtuvo Petro en la última contienda electoral y los borregos a su alrededor secundando su proyecto político totalitario.
